La sal extinta evaporada de tus sienes,
en miles de salvajes besos,
se estrelló contra mis labios.
Todo el silencio servido...
Rodeada por tus brazos
sometiste cada centímetro de piel
a tus antojos
Y fui, sólo ese instante,
de horas eternas
tu más sumisa amante
La espera es la
negación del olvido
para aquellos que han existido,
revelados, en los ojos
de quien les desea