viernes, 12 de febrero de 2016

Llanto seco y sonrisa










Lenguas desconocidas que me cuentan mi historia,
exactamente lo mismo pero es otra persona,
no soy yo.

Agazapada en las sombras
busco refugio,
la garganta  se ahoga.

Puede que no haya lágrimas,
pero la decepción es honda.

Hablan de ti y de mí,
pero no soy yo.
Y sin embargo es casi la misma historia,
Parecidas frases, poesía que eclosiona…

Y el ríe,
mientras ellas lloran
O ellas ríen,
mientras el llora.

No hubo cadáveres.

Invisibles son las heridas de esta guerra,
aunque dejen cicatrices  imperecederas,
de esas que no caducan,
enquistándose hasta la médula,
y poniendo finalmente freno
a  almas inquietas,
que buscaban al refugio de las letras,
el calor de un hogar, la leña con la que prenden
rutinas insatisfechas, aburrimientos longevos,
tedio de sensaciones mudas en pieles inertes
hacía tanto tiempo.

Y van llegando nuevas versiones
Del mismo cuento.

Hasta que hilas, y te abofetea la consciencia...

No éramos alternas,
sino simultáneas.

Y justo en ese instante la casualidad
se torna alevosía,
se vuelve traición.

Y desnuda como has estado,
ciega, envenenada…

Se te pega en la piel la deslealtad
como el calor de esa ciudad costera,
que por mucho que te duches no desaparece.
Y  aunque te acostumbres a vivir con ella,
ha dejado ya cuerpo y alma surcado de secuelas.

Inalterables, insufribles, indomables
Interminablemente  eternas.

Mientras tu conciencia se reafirma a duras penas,
dando  explicaciones inverosímiles
a la efímera belleza
de un pasado que dejó

a la vez, sonrisa y ofensa.

De entre todas las lágrimas,
un llanto seco esboza una sonrisa,
era cierta la sospecha.

Carla
día 13/02/2016 a las 2:29

5 comentarios:

  1. Me ha dejado la flor de piel, maravilloso.
    Carles Flores

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    1. Gracias Carles, para eso está hecha la poesía para acariciar o sacudir almas, hacer florecer sentimientos o dolor. Un besp

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    2. Enhorabuena .....

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  2. Que la ofensa nunca nuble tu sonrisa amiga mía, qué mejor ejército contra la deslealtad, que tus palabras hechas verdad y poesía ante la que a pesar del dolor, la Belleza se inclina ante ti, para nombrarte su Musa cada día

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    1. Todo y nada, he llegado a una tesitura en la que nada ya me ofende, a no ser que el ofensor sea la persona que pueda hacerlo, y hay tan pocos, que no me preocupo. No se puede mentir en poesía, por eso me gusta tanto, lo que lees, es lo que hay, sin más. Desnudando el alma, me encuentro. Un besazo

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