martes, 24 de enero de 2017

Fechas olvidadas





Amaneció con una certeza:
algún día él la olvidaría.

Ni siquiera recordaría las fechas señaladas.
Ningún recuerdo había dejado.
Tan sólo la lluvia se quedó
para hacerle  compañía.

Días que no son ya importantes.
Ni siquiera para ella,
pues perdieron
el aroma  y la esperanza
que proporcionan unos gramos de locura
perdidos,
ajados,
tirados..

Un año más perdida ya la cuenta
de tantos,
hasta aquel que dio sentido
a la esperanza
muerta,
incinerada,
y enterrada

Entre tantas otras

@carlaestasola



jueves, 19 de enero de 2017

"Señora"




Desde que su mente alcanzaba a recordar, su vida había resultado una sucesión de hechos sin altos ni bajos. Todo era equilibrio medianamente compensado. Cuando ocurría algo bueno, casi inmediatamente le sucedía algo malo y así sucedía ese constante devenir combinado a dos tragos, uno dulce, otro amargo.

Nada de lo acontecido tenía un especial significado, el hastío de lo cotidiano era más de lo mismo a cada paso, se aburría, le faltaban ganas, se acercaba a esa edad de las "invisibles", y eso le preocupaba. ¿Que son las invisibles?, seguramente te estarás preguntando.

Fácil de comprender, aunque casi se sobreentiende. Todo ser humano tiene un período de captación de miradas, charlas, sonrisas más o menos largo, más o menos duradero, más o menos aciago. ¡Dónde se sitúan principio y fin? es francamente impredecible, y de forma personalizada cada individuo lo acepta o siente de una manera determinada, diferente y más o menos traumática.  

Para ser alguien que siempre atrajo miradas, elogios sobre su belleza más o menos mesurados, sin embargo, llevaba un largo espacio de tiempo en el que todo eso había ido en declive, tan poco a poco, gradualmente que apenas lo había notado. Eso si, cada vez eran menos las sonrisas, los halagos, esas miradas que sabemos que están ahí, aunque no miramos...

Aquel día algo iba a colapsar su pequeño funcionamiento mecánico. Le cayó como un trueno aquella primera vez. 

Alguien más o menos de su edad se levantó en el metro para cederle su asiento: "Por favor señora..." mientras ella perpleja miraba a su alrededor buscando a la "señora" en cuestión, sin caer en la cuenta de se refería a ella, esa mujer.

"¿Señora?" o sea que había pasado de la noche a la mañana a ser señora y ni siquiera se había enterado! ... Cuerno quemado, esto huele a cuerno quemado se dijo para sus adentros.  Por supuesto denegó tal deferencia, con la excusa de que se apeaba en la siguiente estación, para no ser maleducada. 

Fue esa la señal que hizo saltar todas sus alarmas... "Señora"...Ufffff! Argggg! que mal suena eso! no me gusta nada...

@carlaestasola
En Madid, un mes después vuelvo a escribir... 

P.D:: Mis disculpas a todos los que siguen este blog, por el largo período de letargo pero a veces la vida no da treguas, y hay que tomarla como viene. Espero no defraudar y poder seguir escribiendo más a menudo, es después de adelgazar mi segunda promesa para este nuevo año.

Cómo no os regalo el tema, para no variar...