Amaneció con una certeza:
algún día él la olvidaría.
Ni siquiera recordaría las fechas señaladas.
Ningún recuerdo había dejado.
Tan sólo la lluvia se quedó
para hacerle compañía.
Días que no son ya importantes.
Ni siquiera para ella,
pues perdieron
el aroma y la esperanza
que proporcionan unos gramos de locura
perdidos,
ajados,
tirados..
Un año más perdida ya la cuenta
de tantos,
hasta aquel que dio sentido
a la esperanza
muerta,
incinerada,
y enterrada
Entre tantas otras
@carlaestasola