Mostrando entradas con la etiqueta #redes. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta #redes. Mostrar todas las entradas

martes, 10 de mayo de 2016

CREAR UN BULO EN LAS REDES ES TÁN FÁCIL




Subtítulo:  "Las viejas del Visillo versión twitter"



Algunas veces la vida confabula en contra de uno. Las personas que ha pasado por mi vida cuentan historias, que desde luego desde su lado son totalmente ciertas, pero no cuentan la historia completa. 

Esa la saben sólo dos personas, sus protagonistas.

Lamentablemente cuando uno de los dos protagonistas miente en su versión a los demás esto termina por expandirse a todos sus amigos, y estos a su vez lo expanden entre los suyos.

Finalmente es una historia interminable, basada en una mentira que todo el mundo ha dado por por verdad.

Exactamente eso  es culpa de las redes sociales que nos reinventan, y tenemos que cargar con background que nada tiene que ver con la realidad.

Si eres uno de esos que has oído hablar mal de mi, sólo te pido un favor, trata de conocer la otra parte de la historia, y quizás te des cuenta que todo lo que has oído fueron cotilleos e historias sin fundamento alguno.

He tenido que cargar, y cargo con una historia inventada sobre mi, que cada uno ha ido ampliando a su libre albedrío. Hoy en día y gracias a esas cotillas sin fundamento, hay un montón de gente engañada, que se ha creído todo lo que le han dicho.

Ese daño es naturalmente irreparable, y sólo me importa a mi. 

Últimamente todos los que se apuntan a ese carro son un grupo numeroso y activo que se dedica a esparcir la basura que un día se inventaron. Lamentablemente incluso las personas que me conocen muy bien, más incluso de lo que yo quisiera, han creído toda esta basura.

El daño sigue aumentando y naturalmente el coprotagonista despiadadamente sigue sin decir la verdad sobre los hechos. 

Es agua pasada aquella historia rídicula que duró un pis pas en el tiempo. Pero si queréis oir la verdad quizás la cuente. Contarla cuando a nadie le interesa, no tendría sentido.

Si has creído toda esa ponzoña que se dedican a esparcir sobre mi, te ruego que dejes de seguirme. 

Estoy hasta las narices de tener que contar una historia que no tiene ninguna importancia, miles de veces para que finalmente me den la razón.

No voy a defenderme más de ataques y mentiras infundados de gente que nunca me conoció, y que se creyó lo que le dijeron de oídas y sigue difundiendolo.

Estarás contento mi querido amigo, tu equipo de esparcimiento de basura finalmente lo ha conseguido, ya las creen a ellas antes que a mi.

ENHORABUENA a todas las mentirosas y mentirosos, habéis ganado, me doy por vendida. 

Quienes me conocen saben que no hay nada de verdad en lo que dicen.

Punto y final, hasta aquí.

Sinceramente,
Carla

-Sin banda sonora.

martes, 8 de marzo de 2016

De profesión perverso en redes







Hacía tiempo que no había vuelto a sentir aquella perversa sensación tan fuertemente acogida por su libido, desde que dejó aquella red social a la que se había enganchado de una manera insana, y que tuvo que abandonar de forma fulminante, para que no terminara con lo poco que quedaba de su vida.

Decidió contemplar el paisaje para  intentar olvidar sus instintos, afortunadamente no había mucha gente que pudiera percatarse de su erección, era demasiado temprano y el parque era poco frecuentado a esa hora, desde allí podía divisar el estanque donde la suave luz de aquella mañana de invierno, resultaría sin duda tranquilizadora para su ánimo.

Recordaba sus primeros pasos en aquella red social donde comenzó el principio del fin. Su erotismo y mensajes eran tan jodidamente llamativos que pronto comenzaron a seguirle muchas mujeres. No tenía idea de cómo en pocos meses había llegado a tener tantas personas que lo seguían. Todo iba más o menos bien hasta que comenzaron los mensajes en privado.

Sus primeros escarceos con algunas de sus seguidoras, denotaban la falta de costumbre en aquellas lides, unas risas, algunas conversaciones contractuales. Pero de vez en cuando  surgía esa chispa, ese interés por la persona que le hablaba desde el otro lado. La mayoría de las veces es cierto,  se quedaban nada más en eso, simples comentarios, saludos matinales y nocturnos. Cometió muchos errores, se equivocó unas cuantas veces… Pero poco a poco fue conociendo la forma en la que ellas funcionaban.

Casi todas eran mujeres de una edad mediana, entre la treintena y la cuarentena, profesionales muy cualificadas, generalmente con medio a alto nivel académico. Médicos, maestras, azafatas, abogadas, psicólogas, cocineras…

Lo de menos quizás era su aspecto físico. Su viveza en la respuesta, su gracia le atrapaban en un primer momento. La táctica a partir de ahí, era dar un poco de pena, siempre funcionaba, que si las carencias existenciales, que si situaciones familiares que empezaban a resultar insoportables, que si necesitaba espacio para respirar... Todas las causas perfectamente entendibles ya que ellas se hallaban en la misma tesitura. La empatía y la atracción, conversaciones más frecuentes y finalmente algún mimo daba lugar a algo más, una frase más erótica que de costumbre y todo iba sobre ruedas. La necesidad de una imagen primero, un sonido después y un largo etcétera de cúmulos en cascada derivaban finalmente en sexo cibernético.

Se convirtió en un confidente audaz, sabía discernir dónde había alguna posibilidad de encuentro, que finalmente casi siempre se producía… Excusas de viajes por trabajo que desembocaban en citas casuales para un café, y terminaban en contadas ocasiones en la habitación de un hotel. Si bien es cierto que esta no era la norma, pero ocurría.

Al principio le excitaba simplemente el mero hecho de llegar a un límite más frugal, pero en poco tiempo se convirtió en un depredador sexual en busca de víctimas. Ya lo excitante no era lo que obtenía a cambio, sexo con tantas mujeres diferentes, sino todo lo que añadía morbo a aquellas aventuras… El conocimiento de que en su mayoría eran mujeres casadas añadía un punto mordaz a su conquista y un acicate para embestir más a fondo, sin dejar a su presa la menor posibilidad de escape. Abrumarlas con cariño, interés y lo que prometía ser sexo excitante, actuaban como revulsivo eficaz.

Llegó un momento en el que prácticamente no tenía vida más que virtual, estaba conectado tantas horas que sus ojos enrojecían y la vitamina D escaseaba en su organismo. El onanismo de los actos a solas, aunque estuviera acompañado siempre por alguna interlocutora, ya no importaba si era de día o de noche. Llegó a estar noches sin dormir. Hubo veces en que se masturbaba más de treinta veces diarias, perdió mucho peso, apenas comía. Era un zombi pegado a un ordenador con los genitales a punto siempre, cada vez más excitante que la anterior.

De todos sus encuentros se olvidaba con la siguiente cita. Nadie conseguía quedar en su recuerdo, acostumbrado a todo tipo de cuerpos, las imágenes que se quedaban en su mente se limitaban a una zona muy definida en unos veinte centímetros escasos, a veces depilados por completo, otras a medias, otras con pelo, rizado, con un específico olor cada uno, aunque parecidas reacciones. Entre todas le fueron convirtiendo en un amante casi perfecto.

Todo parecía ir miel sobre hojuelas hasta que llegó ella… Ana entró en su privado un día para pedirle que apoyara una causa justa haciendo llegar un mensaje a sus seguidoras, a lo que el asintió sin problemas. A partir de ahí él comenzó su asedio, lento pero seguro, tranquilo y perverso.

Ana no iba a resultar fácil de convencer, era bastante inteligente y tenía una familia perfecta y bien estructurada, nadie le había hecho perder la cabeza, se limitaba a hablar unos minutos y ya. Era el tipo de mujer que controlaba perfectamente la situación, iba a tener que poner toda la leña en asador para conquistarla, y así lo hizo…


Continuará...

Carla
09/03/16 a las 0:05