miércoles, 27 de mayo de 2015

No quiero ser un zombi (y mucho menos de Alejandro Sanz)








En estos momentos en que cambio mis horarios para adaptarlos a los de mi padre, recuerdo a mi querido Carlos cuando los domingos y festivos me comentaba el relax del que disfrutaba en esas mañanas con el suyo.

Es en este vivir pausado cuando todo cobra vida, los árboles y arbustos bailan al son que les marca el viento, los lunares que veo reflejados en la terraza, se deben al poco sol que entre las ramas y  hojas del casi bosque que nos rodea, traspasa como si de un colador se tratara, iluminando sin herir en exceso, la música de las hojas de los árboles, percusión sutil, sirviendo de relax a esta aprendiz de escritora a ratos perdidos, cuyas ganas últimamente flaquean a la hora de enfrentarse al temible Word en blanco.

Debo al menos intentar, no desfallecer en esta práctica, y agradezco de paso a todos los que a ello me animáis con vuestras palabras, gestos, y mensajes tan cariñosos. A veces debo forzarme, y quizás en esta ocasión sólo me mueva la petición de los amigos, aunque una vez comienzo, me dejo escapar el alma entre los dedos, para no censurar nada de lo que salga. A veces tal cual, no soy de corregir, me gusta la inmediatez de pensamiento, aun pecando de formas demasiado sencillas, sin embargo directas. Por favor disculpad mi falta de  ejercicio en la escritura, perdonad mi vagancia, mi pasotismo a veces, que desafortunadamente siempre pasa factura… Como todo ejercicio, debería ser constante para conseguir resultados, y no soy capaz de la disciplina necesaria, siempre me permito ausencias, que van en mi contra.

Como iba comentando, en las tardes de paseo, solemos sentarnos en un mirador cercano al río Manzanares, lugar entretenido para la tercera edad, a cuyo ritmo me estoy acostumbrando, lo confieso, incluso conseguirán hacerme fan de estas prácticas observatorias. Desde dicho mirador se contempla una preciosa vista del Madrid monumental, lugar por el que hace pocos días en bicicleta alardeaban algunos políticos en campaña. En estos bancos repletos de gente mayor, se respira la calma del atardecer, se escuchan las conversaciones en voz baja a veces casi susurrada, y medio a voz en grito en otras, por aquellos que tienen el oído cansado, de acuerdo a sus años.

Les veo mirarnos con incomprensión, observan a los transeúntes jóvenes como si de animales se tratase, en un zoo de ires y venires a paso rápido, acelerados, armados de cascos en los oídos y móviles en las manos, que no dejan de mirar ni un segundo, ni siquiera ante la majestuosidad del atardecer reflejado sobre las orillas del río. Ni aun yendo con sus hijos, dejan de atender a esta pantalla que les capta, atónitos, moviendo rápidamente los pulgares, que como decía un amigo, terminarán convirtiéndose con los años en únicos apéndices de nuestras manos, por el uso excesivo.

Nos observan caminar las calles perdidos, aislados de cuanto acontece a nuestro alrededor, con nuestros pies vacilantes intuyendo el camino, más que viéndolo.

Nuevos estos zombis de día, carne de asfalto, con sus ojos pegados a una pantalla y sus pulgares armados de palabras disparando respuestas a la velocidad del rayo.

Hemos perdido ya la noción del tiempo, y no sólo ellos, los mayores, y quizás yo, contagiada por su enorme calma, son los únicos que nos miran cómo seres humanos sin sentido apegados a las máquinas… Ya no nos miramos, ya no hablamos, ya apenas socializamos con seres humanos, sino con frases preescritas miles de veces, no sentidas seguramente en la mayor parte de los casos.

Y termino pensando, que cuando vuelva a mi vida normal, a mi rutina diaria, no quiero ser más uno de esos zombis… Quiero mirar a mi alrededor sin pantallas, ver los ojos que me hablan, y la expresión de una cara, pero sobre todo no quiero tener dos únicos dedos en mis manos, ser un palmípedo más.

Aunque seguramente cuando acaben mis vacaciones forzadas, miraré la vida desde el otro lado, e inevitablemente  a seré yo misma, quien mire a los mayores ahí sentados, contemplando el atardecer, como esos seres extraños y casi inertes que miran al sol cuando se va la tarde, agradeciendo o maldiciendo en algún caso, poder hacerlo un día más…Mirar dependiendo del lado en el que nos encontramos, y posicionándonos subjetivamente, es lo que tiene.

Carla

27/05 aunque publicada el 28/05/2015 a la 1:10
Foto: Carla

domingo, 17 de mayo de 2015

Llévame









Como estás mi desparecido
en la noche de tu vera?
Recuerdo con nostalgia tus bversos
te leo de nuevo,
pero apenas me distingo
entre las umbría de tus hayas

El agua se ha perdido entre las piedras
y ahora musgo resbaladizo se torna
en el que no puedo, por mas que lo intento,
mantenerme en pié un instante.

Temo que tu agua
inundará suave e imperceptible
los huecos entre la hojarasca 
de mis sentimientos tardíos
y hará brotar en primavera 
hierbas aromáticas que
perfumarán tus caminos

Para que huelas tu tierra,
para que una vez mas la sientas
como mía aunque de herencia.

Toma prestadas mis huellas
y llévalas contigo mientras
caminas la hierba,
como yo que me siento al leerte, muy cerca

Carla 
día 17/05/15
Dedicado

Ciudad de los locos









No es cierto,
no soy lluvia, a no ser que sea de lágrimas
amargas,
ácidas
de mil desilusiones
de mil engaños
de mil y una mentiras
despiadadas
e inútiles como el azúcar

Si al menos las sal quedara
podría formar roca
transparente y translúcida
dejaría pasar la luz
y las sonrisas

Pero ese poso es un pozo
que aparece porque está
y está porque lo llenaron
de falsas expectativas

Ya no mas
esta lluvia se volvió
torrente y prefiere arrasar
a que acaben con ella
lamentable pero
inevitable como
que hoy es de día
que el mar sigue ondeando
y que el ciclo del agua 
es indestructible
por mucho que tratemos de impedirlo

Rizará las olas del océano
para que sus salpicaduras
vuelvan a nosotros un día
en forma de lluvia,
y algunas de esas gotas
serán tan mias,
tan tuyas,
fueron lágrimas
mezcladas y evaporadas
por la brisa
de esta ciudad de locos
donde la cordura
es un mal menor
un mar
una fuente que no cesa
de agua contaminada
por el humo de los escapes

Nada a pesar de todo
hará que pare la marea
de sentires y diretes
que nos hará volver
a ser
cuanto queramos ser
mientras nos quede
la palabra


Carla
Dedicado
17/05/15  

domingo, 3 de mayo de 2015

Como cada noche








Hoy como cada noche,
volví a padecer ese infarto...
Esa parada involuntaria y silenciosa
del músculo que extraña tu mirada
y se rebela permaneciendo en silencio
esperando tu vuelta

Hoy como cada noche que no estas
mi cabeza da vueltas a mil elucubraciones
y revuelve en los cajones de recuerdos
buscando caricias antiguas
a falta de las nuevas

Hoy como cada noche que te siento
habitas mi piel y en mis oídos
el eco de tu voz mata el silencio
antes de que él acabe conmigo
con nosotros


Carla 
04/05/2015  - 1:54

domingo, 26 de abril de 2015

Regálame un poema y te regalaré mi rosa primera




Gracias por la Rosa y por el reto.



Cual tierra que la lluvia inunda,
germinó esa amarilla rosa,
floreciendo finalmente cuando aun el frío
de sus palabras desdibujaba sonrisas.

Como a la orilla de ese riachuelo,
la cascada más liviana
centrifugaba   lo superfluo,
cristalizando el fluir de sus pequeñas  olas.

Al alba, escucharon las notas
de la brisa que danzaba entre las hojas,
dibujando el paisaje idóneo
para que finalmente aquella primavera,
sus flores llenaran mi casa
del  perfume a campo que tanto añoraba

Te vas como el agua en las cascadas,
alejándose del camino,
serpenteando entre las rocas,
dando de beber a quien sedienta se acerca.

Como un bien común necesario,
en este bosque de capítulos inconexos
que ni  juntándose crean una historia.

Y me dejas el sonido de tus notas
que  permanecerá siempre en la memoria,
y que poro a poro hará crecer
cada primavera nuevas rosas.

Que florecerán de nuevo,
escuchando la música
que nunca se irá de nuestro lado.

Me regalaste una rosa
Y yo te debía un poema,
Seguramente no sea el mejor del mundo
pero tu lo propiciaste en un momento
en el que la poesía no me salía
aunque esta floreció finalmente…

Pobre, tímida, torpe, discreta,
sin alardes de grandeza,
pero al menos me hizo enfrentarme
de nuevo a este word desnudo
con entereza, dudando, pero adelante
con miles de complejos mis letras.

Después de todo, tu rosa,
bien merece un poema.



Carla
26/04/2015 . 21:32

jueves, 5 de marzo de 2015

Poesía día a día









Me miras
desde el quicio de la puerta aun medio dormida
te sonrío.


La taza de humeante café nubla tu rostro
pero sé que detrás hay otra sonrisa,
como la mía.


Sales con el tiempo en los talones
caminas deprisa las calles
que anoche paseamos juntos
de la mano.


Y ves mis estrías en los balcones de tu barrio,
el perfume de mi ombligo te asalta
y cerrando los ojos un instante
revives cada segundo
de una noche más en mis brazos


Ahora dime que no es poesía
eso que hacemos todos los días
cada mañana cuando me miras
con tu taza de café por toda compañía.


Y me espías mientras duermo en tu cama,
tranquila.


Carla 06/03/2015


miércoles, 4 de marzo de 2015

Tu mi lluvia








Hoy soy presa de mis propios silencios
y por no gritar me muerdo pensamientos,
que no me dejan ni a sol ni a sombra,
anulando cualquier otra cosa que veo.

Hoy tengo que llorar hacia atrás,
para poder seguir viviendo.
Y recuerdo su mirada,
que en medio de mi tormenta, fue trueno.
Sus palabras nublados secos,
y sus pasos de hielo,
la alfombra hacia mi estreno.

Hoy que el sol brilla infame,
vuelvo a desear la lluvia,
y lloro hacia fuera
porque ya el depósito está lleno,
rebosante de recuerdos.

Carla 04/03/2015
Por qué será que ya sólo me salen poemas?