jueves, 1 de octubre de 2015

Díselo / DISPOESÍA




Díselo   / DISPOESÍA

Diverso como los colores del Otoño,
Disfruto tus besos en mi espalda, mientras
Dispersas tu atención en el cielo
Disertamos sobre las estrellas en
Discreta ternura desatada
Diseño abrazos a tu medida y
Dispénsame si te beso sin
Disfraces que nos oculten
Discurrimos nuevas formas 
Disecando sin  palabras
Dispersando nuestras manos en
Dispendio del tiempo que me regalas
Dispensando placer sin ataduras
Disfrutando de los instantes que
Discurren  precipitando las
Díscolas despedidas que nos
Disgustan cada vez más la vuelta a las
Disciplinas cotidianas
Disgustados por la separación que nos ayuda a
Discernir entre el deseo y lo obligado
Disimulando sentimientos
Disgregados sin demasiado sentido, sin
Disculpas zafias

Discontinuaremos esta
Dispoesía


Carla 01/10/2015 a las 17:45
Juegos de palabras sin más


viernes, 11 de septiembre de 2015

Hueles a jabón









Ahora que la noche me esconde, 

puedo escribir los versos que añoras, 
esos que te hablan de lentas caricias en tus lugares más ocultos.

Huele a jabón fresco, 
te has duchado amor, 
y eso sabes que no lo resisto... 

Me muero por olerte despacio con todo el calor de ti, 
ese que vas desprendiendo según te enciendes
mientras rozo tu cuerpo.

Se que te gusta leerme 
y ese es el mejor aliciente para escribir.

Aquí agazapada por esos ojos que no ven, 
pero estos dos corazones se sienten... 

Ven ¡abrázame esta noche! 
desesperadamente,
necesito que aprietes mi cuerpo contra el tuyo, 
me siento sola y quiero 
comer y beber de ti toda la noche



Carla día 10/09/15 a las 01:28 

jueves, 13 de agosto de 2015

Demasiada Muerte en pocos días









Sentir que tus árboles no filtrarán la luz,
que los animales no tendrán donde cobijarse,
que no habrá ramas para albergar las aves,
que habrá silencios donde hubo gorjeos

Sentir que ese bebé lloraba unos segundos antes,
que su Salomón transitaba en las venas de su madre,
que ella tuvo la sangre fría para poder hendir su carne
olvidando que fue ella misma quien le dió vida

Sentir que sus sonrisas no volverán a llenar 
de alegría las habitaciones en sus casas,
que sus madres habrían dado cualquier cosa
por no ver lo que hoy tuvieron que ver

Sentir que todo se desmorona,
que los corazones asesinan lo que aman,
y nuestros pasos por esta vida 
nos abochornarán hasta la muerte

Sentir la muerte alrededor,
con la impotencia
de ser sólo un espectador


A ellas, 
Laura y Marina
y a todas las que mueren a manos de los que dicen amarlas.
A todos los asesinados estos días.
A mis queridos bosques calcinados de la Sierra de Gata

Carla
1:39 día 14/06/2015

lunes, 3 de agosto de 2015

Primer intento sin música



Mi querido poeta, 

Buenos días, 

No sabes acaso
que la razón de tu sueño
es el conocer escaso?

No sabes acaso 
que la espera sin respuesta
es fuente fluyendo
de un manantial
inagotable
hacia invisible regazo

No sabes acaso 
que es la esperanza
quien da alas 
a tu imaginación de poeta
buscando
palabras 
para ir enlazando

No sabes acaso
que abrazos imaginados
superan mil veces
al cuerpo
y sobrevuelan
alrededor 
del que realmente
abrazamos

No sabes acaso
que no saber
prodiga lo imaginación
aspirando siempre
al deseo soñado

No sabes acaso
que los poetas
nada serían
si la realidad
no dejara puertas abiertas
al deseo imaginado

Yo si,
por si acaso

lunes, 27 de julio de 2015

Soñé otra vez, esclava de mis imposibles








Me has pedido que te cuente mi sueño, y mi excusa es que era demasiado largo, cuando en realidad lo único que pretendía era poder hablar contigo y contártelo… Me conformaré una vez más sin oír tu voz, me tengo que poner a escribir,  excusas de nuevo, a mi misma, soy boba.
Vamos…

Normalmente no suelo recordar mis sueños, dicen que esto suele ocurrirle a aquellas personas que se regalan a sí mismas la realización de sus deseos durante el día, desde ya, aprovecho para deciros que esto es un engaño, al menos está demasiado lejos de ser mi caso. Como os iba diciendo ese fenómeno poco frecuente, casi siempre coincide con algún hecho que aunque no sea de manera puntual, ni exacta, al menos en algún punto se asemeja con lo que acaece en mi vida real finalmente, a veces incluso años después.

Recuerdo que la primera vez que fui consciente de ello, apenas tenía ocho años. Desperté debido a las lágrimas que caían por mis mejillas. Mi madre, que se levantaba con el sonido del vuelo de una mosca, vino entonces corriendo a mi cuarto, nos encontramos a medio camino y cuando me preguntó que me pasaba, le dije que había soñado que mi abuela materna se moría.

Mi  abuela que vivía a más de cuatrocientos kilómetros de distancia, a quién sólo veía durante los veranos, mantenía tan sólo correspondencia con mi madre, su hija. Una de sus hermanas, que vivía con ella, llamaba de vez en cuando para darnos noticias a uno de aquellos teléfonos fijos de hace años, cuando aun no existía toda esta parafernalia tecnológica.

Mi madre me tranquilizó para que volviera a la cama, si algo hubiera pasado, me dijo, tu tía nos habría llamado y no ha sido así, convenciéndome para ir a dormir de nuevo, ya que eran cerca de las cuatro de la madrugada y al día siguiente debía ir al colegio.

Todo quedó tan en medio de una nebulosa, que hasta yo me olvidé de mi propio sueño… Transcurrió el día de escuela, como cualquier otro, nadie más que mi madre tenía conocimiento de mi sueño.

Pero la mañana siguiente, a eso de las ocho, cuando nos levantábamos para ir al colegio, sonó el teléfono en casa… Era mi tía, le pedía a mi madre que se pusiera en camino porque mi abuela estaba muy enferma. Lo que entonces no nos dijeron, ni a ella ni a mí, es que ya había fallecido a eso de las cuatro de mañana.

Conexión, premonición, adivinanza, ¿qué se yo? , lo que sí sé es que fue la primera vez que fui consciente de ello.

Y ya, si lo sé bien, muchos estaréis llamándome loca, pero no voy a sorprenderme por eso, me lo han llamado tantas veces, da igual la causa, que no me tiene ya ningún efecto, hasta sonrío sarcásticamente cuando lo hacen, y eso enerva, lo sé…

Todo esto una mera introducción, y sin motivo o justificación aparente, o si, ¿quién lo sabe? …

Anoche de madrugada volví a sentir esa sensación fría en mis mejillas que me despertaba, de nuevo lágrimas si, en ese estado de duermevela pude revivir lo que acababa de soñar con la suficiente claridad como para poder contarlo…

Ahí estaba él, bueno más bien estábamos los dos, era una especie de cafetería, creo, o un salón, no recuerdo de manera precisa el decorado, sólo recuerdo que estábamos sentados en sendos sillones individuales, y él no quería mirarme a los ojos… Adivinaba por su rictus que algo grave sucedía y aunque podía adivinar sus palabras, necesitaba que fuera él quien las pronunciase. Recuerdo que intentaste tomar mi mano, pero instintivamente la retiré de tu alcance, me recosté en el sofá para que mi cuerpo no soportara el peso que yo sabía iba a hacerlo caer más tarde o más temprano como un fardo, contra el respaldo…

Rompiste de nuevo el silencio, y pronunciaste dos frases que dolieron más que un disparo, raramente no salía sonido alguno de tus labios, pero resonaron en mi mente como si nos comunicáramos telepáticamente.

-“Carla tu sabes que las cosas no estaban yendo muy bien últimamente… Y no sabes cómo lo siento, pero debo ser sincero contigo. He conocido a alguien…”

No me preguntes porqué, ya lo sabía, pero así era. Sin embargo cuando mi mente las captó, se produjo un cortocircuito, todo colapsó. Sabía que no podría haber sido de otra manera, y que aunque una parte de mi iba a morir contigo, el resto del cadáver me tocaría soportarlo a mi sola. Arrastrarlo a diario no iba a resultar fácil, cada vez mas pesado ese saco de decepción, es una losa que casi me aprisiona pero no me queda más remedio que seguir cargándolo.

Las cosas bellas no duran mucho tiempo me habían dicho siempre, y yo ingenua, pretendí ser más lista, llegar más lejos, engañar al destino, para retenerte un poco más conmigo. Exprimir cada segundo, aunque se fueran distanciando en el tiempo, soportar tu falta de ganas, tus excusas, comenzaba a asfixiarme, demasiada presión en un pecho que cada vez aguanta menos dolor. Sin darme cuenta de que cada vez estábamos más lejos, de que todo tiene un final, pero sobre todo de que hay un lugar en el que nunca te irás, aunque no lo sepas, seguirás en mis escritos, mientras sigas en mis sueños, por muy lejos que estés.

Ser un número en tu lista, no es algo de lo que me sienta orgullosa, tampoco arrepentida, pero triste, mucho, por no saber cómo hacer para que te quedes, de alguna manera aunque sea, perdón, iba a mentir, no, no es cierto… Sólo quiero que te quedes de esa manera que los dos sabemos, debo ser sincera, de esa que ya no puede ser, de esa en la que fuimos.

Carla Duque
28/07/2015 a las 1:45



martes, 23 de junio de 2015

A los poetas y al amanecer entre lamas




Inesperadamente fue un regalo, cuando ni siquiera sabía que podría serlo, en un día tan especial para ti.

Habría, de haberlo sabido, intentado imaginar miles de cosas originales que podrían haberte sorprendido mucho más, incluso haberte dejado atónito,  con ese brillo del deseo en los ojos, pero cada vez, me da la impresión de que te conformas con menos, que casi cualquier cosa que hubiera hecho habría sido válida, me pides muy poco, para todo lo que tu me das.

Siempre has pedido poco, te conformas casi sólo con mis letras, que llenan ese momento de ego que te hace sentir mejor en tu día a día, sólo eso es suficiente para que sigas mirándome a los ojos. Abriendo la persiana cada mañana para que entre el rayo mínimo que te permita descubrir mi cuerpo, un vez más, imaginado, gracias a la luz que se cuela entre las lamas, mientras duermo. Agotada por la exigencia de un cuerpo, al que ya me va costando más responder.

Es cierto que los años nos han cambiado, que nuestros cuerpos no tienen la tersura de piel ni medianamente exigible, que la fuerza de la gravedad ha hecho ya estragos en cada centímetro cuadrado, pero también lo es, que hemos ganado en profundidad al sentir, en conocer exactamente el ritmo y el tempo, en interpretarnos cual dueto improvisado sobre la partitura que conocemos de memoria, miles de veces interpretada en nuestra jam particular, siempre diferente, aunque con los mismos protagonistas.

Y una vez más ese vacío que genera mi impotencia,  cuando oigo como se cierra la puerta y me quedo a solas en esa cama tan revuelta…

Ya no vamos tan al unísono,  te has ido interesando por otras cosas que te abstraen de mi lado, que te alejan cada vez más de lo que fueron momentos nuestros, ya cada vez nos vemos menos, pasas apenas horas en casa, y tus fines de semana se llenan de actividades deportivas, mientras los míos tienden más a los culturales. Nos hemos distanciado tanto, que el único momento de contacto es ya el sexo, al menos en ese aspecto aun hay respuesta, por ahora.

Aunque es cuando no estás, lo confieso, cuando mejor me encuentro, acostumbrada ya a tu ausencia, a tu despego, me busqué a mí misma, hallándome.

En el silencio de las sábanas donde encuentro mi verdadero yo, ese que busca en su cuerpo todo cuanto no encuentra, mi fantasía vuela alejándose de esta habitación, y de tu lado, dejas de existir para tomar otros cuerpos, inexplorados, nuevos… Perdida entre montones de ellos, todos cadavéricos, olvidados de la realidad, ausentes de sus vidas.

Finalmente me busqué en bosques y tempestades, para centrarme definitivamente en la escritura, donde pude satisfacer veleidad y sosegar mi alma en aguas calmadas.

La prosa me diluyó en historias que no eran mías, los relatos me alejaban de mi misma, porque no era capaz de reflejar en ellos todas las sensaciones, apenas permitían mostrar una mínima parte de esa desazón que me quemaba las entrañas.  

Es por eso que debo agradecer mucho a la poesía, a la que siempre me animaste y siempre tuve miedo.

Hasta entrar en ese mundo desconocido donde  las letras se convierten en alma desnuda, y las pasiones y carencias en versos, donde la inmediatez de los sentimientos expresados consuela las heridas consumadas. Vehículo consecuente que deja al trasluz sentimientos,  donde sólo la sinceridad es válida, ahí donde no se puede mentir porque todo se muestra.

Sólo aprendiz de grandes maestros,  que como tú, han convertido el verso en dialogo diario, con la fluidez experta de quien domina los trucos de la palabra, cual varita mágica para tocar justo donde se debe, despertando sensaciones, magos de la palabra admirados y sin embargo tan expertos voceadores capaces de vender mantas en el Caribe.

Esos locos egregios se nos merecen, a todos los que un día caímos en sus redes, la palabra siempre nos enamora, y lo sabes.

Pido perdón por mi prosa, justificada por una sola razón, teóricamente no dominas este reino, y por tanto terreno neutral lo considero, aunque en mi humilde opinión, siempre estaré en desventaja, porque creo, que quien domina la palabra, domina todos los tercios, y esa, no soy yo.

A los poetas y al amanecer entre lamas

Carla
22/06/15