lunes, 14 de septiembre de 2020

Acto final

 


Acto final

 

 


Llega a una casa, que ya no es suya.

Se descalza unas deportivas ensangrentadas

Lava sus manos concentrada.

Con jabón. Restregando,

mínimo veinte segundos, mejor treinta.

Enjabona de nuevo,

Repite el ritual a conciencia.

Las seca.


Se sienta en un sofá irreconocible.

Sale de su piel como si se desvistiera de la ropa que no lleva.

Y como una serpiente, la abandona ahí tirada.

La humedad de la piel que no tiene

está surcada por lágrimas.

 

No está, pero está más presente

que cuando aún estaba.

Su castigo es el más infame,

de una crueldad sin límites.

 

Grita callada,

con esa voz que nadie escucha

pide auxilio.

Nadie, nada, sin respuesta.

 

La humillación de lo que no siente,

la ausencia de una caricia,

de una palabra de aliento.

 

No hay peor martirio

que los besos no dados.

 

Su cuerpo es inerte

lo ha conseguido la costumbre

de no ser tocado.

 

Los ojos de los mártires,

te miran siempre fijamente

vayas donde vayas.

 

No hay tortura en vano,

maldice mil veces:

la ignorancia,

la dejadez,

la desidia,

la falta de ganas,

la carencia de empatía,

el desamor.

 

No hay mayor castigo

que la ausencia de sentimiento alguno.

 

Descansa en paz.

Apenas doce meses y ya te ha olvidado

quién nunca te ha querido

 

Se cierra el telón,

No lo soportó,

llevaba demasiado tiempo muerta.


@carlaestasola


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