sábado, 27 de noviembre de 2021

Lector

 


Hoy no me pararé en los preámbulos,
directamente adentro,
a degüello,
vómito ...
A pesar de que me adivines
como si fueras tú el que escribiera
 
No somos gotas de lluvia,
somos bombas de lava,
que caen por la ladera de un acantilado
precipitándose antes al agua salada
que el resto de la colada.
 
Que rompen a su paso,
y queman,
marcando las palabras
a miles de grados
en la piel muerta.
 
Hornos que cocinan versos,
nutriéndose de sus propias entrañas,
emergiendo como ingredientes,
haciendo del fuego su universo.
 
Aprendiendo del ritmo
trepidante o lento,
siempre atentos al léxico.
 
Entreabiertos,
desde las mil bocas
lanzamos fuego,
borrachos de silencio.
 
Hemos estado callados
demasiado tiempo,
por eso nos ahogan las palabras,
apremia echarlas del cuerpo.
 
Al fin del poema,
el silencio volverá de nuevo.
Dejaremos que pasen
otros 300 años de silencios
para rellenar los canales,
los huecos,
las venas,
para que la sangre
erupcione de nuevo.

 

@carlaestasola

Música: Israel Fernández y Diego el Morao - Soleá del cariño

(hoy me pedía el cuerpo un pellizco gitano)


Imagen: felix Inclusis