martes, 19 de mayo de 2020

A Manuel o malditas redes







Verás Manuel,

Por lo general los tíos sois muy inocentes y caéis en las redes de mujeres que son expertas en la conquista, digámoslo así, esas mujeres suelen estar rodeadas de un reguero de machos cabríos que les han hablado previamente y éstos a su vez han estado por ahí tonteando con otras y esas otras a su vez tienen reservadas venganzas extrañas y oscuras. Pero claro todo parece muy fácil cuando en realidad es una trama siniestra. Por eso mientras vayas a lo tuyo en las redes y pases de "amores" y "pasiones de gavilanes" todo irá más o menos bien, te puedes encontrar algún loco porque de eso nadie estamos libres, pero con bloquearlo ya se termina la historia. Éstos otros entramados absurdos e incomprensibles para seres normales, están ahí al acecho y surgen cuando menos te lo esperas. Por eso cuando figuras con tu nombre y apellidos, y utilizas tu cuenta como parte de tu trabajo no puedes interconectar con ese lado oscuro de las redes, puede resultar muy peligroso. Y pocos salen indemnes. Llevo años por aquí y naturalmente he sufrido ataques, pero hay algo que tuve siempre muy claro, en esta cuenta no podía utilizar ni mi nombre real, ni mi imagen. Dar pistas de dónde vives o interrelacionarte con conocidos o amigos de tu vida real. Lo virtual debe quedarse siempre en eso, virtual.

Con tan sólo los dedos de una mano puedo contar los amigos hechos por aquí que conocen mi nombre, y saben quién soy y han tenido que pasar años de hablar y hablar para que esto ocurriera, y aun así, con todos estos filtros alguna vez me equivoqué y di cabida a quien no debía, pero tuve más o menos suerte, todo quedó en la virtualidad. Alguien utilizó información personal y la publicó y tuve que denunciar, porque eso es un delito. Desde entonces ningún filtro es suficiente, y nada pasa a mi vida real. Es muy triste, pero es así.

Durante unos años mantuve dos cuentas, esta y una con mi nombre real que formaba parte de mi trabajo, pero cuando llegaron hasta allí, ya nada volvió a ser igual, y tuve que deshacerme de mi cuenta personal, nada está vinculado ahora, y las dos vidas se han separado por completo. Carla ya no tiene ningún aliciente para mí, aunque la conservo ya que en su día la vinculé a mi blog, ese en el que escribo mis tonterías, nada serio, soy mala escritora ya lo sé, pero de vez en cuando la escritura en ese blog me saca de la rutina diaria y es algo a lo que aún no estoy dispuesta a renunciar.

Imagina hasta qué punto llega la cosa, que hace dos años publiqué un relato en un libro por una causa solidaria y todos mis compañeros del libro no entendían el por qué era la única que publicó con pseudónimo. Por eso me apena mucho la situación en la que te encuentras y quiero que sepas que, si en algo te puedo echar una mano, conozco bien cómo funcionan esas mafias y quizás podría hacer algo al respecto, pero tendría para ello que saber demasiado y no quiero importunarte ni que pienses que pretendo información. Nada me importaría si fuera cualquier otra persona, y esto sólo me preocupa porque es a ti a quién le ocurre.

Poner tierra de por medio es la mejor de las soluciones. Y si su curiosidad es mayor usa una cuenta con un nick falso podrás ver que pasa mientras tú no estás, pero siempre desde lejos. No te pongas nunca en contacto con nadie anterior con esa cuenta, y no hables con personas con las que has hablado, solo vigila y observa, verás como todo cobra sentido. Pero si decides no hacerlo y olvidarte de esto, también lo comprenderé, uno no queda con ganas de más después de una experiencia semejante, yo lo sé bien.

Manuel, no estás sólo, se cómo te sientes, y procura resarcirte en tu vida real, disfruta tanto como puedas, pero siempre preserva tu información, es lo más valioso que posees, y es lo único que pueden usar para hacerte daño.

Un abrazo muy fuerte y aquí tienes una amiga, no soy ninguna otra cosa más, sólo una amiga.


@carlanotepases

Ya lo siento. A los amigos que se fueron de las redes.



Imagen: Artista: Profesor Morteza Katuzian | Galería de Arte Islámico y Fotografía
Música: Bunbury / Aunque no sea conmigo