domingo, 20 de diciembre de 2020

Ladrona

 



Ladrona

 
Lo he hecho si,
desperdiciar una vida,
me declaro culpable.
 
De haberlo sabido,
de haber nacido en la muerte
y como Benjamín Button vivir hacia atrás.
Habría sido una flagrante ladrona.
 
Habría robado los momentos de risas,
de felicidad, de placer y regocijo.
De ilusión,
de ojos brillantes colmados de lágrimas de alegría.
De sensaciones intensamente placenteras,
de ojos de cerrados intentando guardar el momento.
 
Seguro que ahora, tendría de dónde alimentar
tantas horas perdidas,
aislada, confinada, sola.
 
Ese catálogo ha sido para mí la no poesía,
esa que siempre intento
aunque siempre me gana
la prosa irregular e irreverente
de una ansiedad anciana.
 
Siempre me habría gustado ser la poeta
del Antonio Machado,
maestro de lo natural y la reflexión,
cuyos versos surgían como el agua de su Duero,
amado por él.
Suaves, pero con profundos,
calmos e inteligentes
cultos y aparentemente simples.
 
Ojalá poder emular al Maestro,
más fue único.
 
Esta aprendiz insulsa
tan sólo alcanza una vista corta,
poco más allá de su nariz
y no fluye sino expulsa,
no levita, sino cae en picado,
estrellándose una y otra vez
contra las letras.
 
Ojalá haber sido ladrona,
haber guardado en la alacena
las mejores confituras
para ahora simplemente
deleitarlas,
comedidamente,
a pequeñas cucharadas
para henchir este alma amarga.

 

 

@carlaestasola

Música: Schubert - Sonata para piano D.960 - Richter studio