martes, 20 de diciembre de 2022

Poeta músico


 
He leído tus versos,
escuchado tu música,
sí, hasta ha llegado a gustarme
tu voz de rata,
y te aprecio, no creas…
 
Escucho #Mayéutica
pero nunca cuando camino
por nuestra Dehesa,
que, si algo tenemos en común,
además de disfrutar de Extremadura,
es vomitar poemas.
 
Los míos son necios,
de principianta.
Lo sé,
no hace falta que me lo digas.
 
No soy la manzana tierna
por la que alguien perdería
el sentido.
 
Soy carne vieja,
arrugada y flácida
aunque también fui tersa un día.
 
Mi cuerpo no cuenta
la masa corporal ideal para un sueño,
ni el color nítido,
ni la humedad relativa,
nada es ya apenas, indicador de vida.
 
Todo lo he perdido menos la palabra,
que se me dispara cuando leo tu machismo.
Que se me inflama cuando te escucho,
que se enerva con tu necia y persistente adolescencia.
 
Tampoco eres joven, jódete,
si hasta los cuatro pelos que te quedan
se enmarañan estratégicamente para aparentar que son
más de los que son.
 
También estás arrugado,
y tus manos torpes se enredan
entre las cuerdas.
 
Sigues persiguiendo quimeras,
que sólo estarán
por lo que fuiste y no por lo que eres.
 
No te buscan a ti,
sino estar en tus letras.
 
La vanidad es siempre joven.
 
Más desde este culazo,
que nunca mirarás,
ni puñetera falta que le hace.
Aún me queda esa chispa de desvergüenza,
que enarbola una bandera
la de los que estamos fuera del sistema,
cada uno a su manera.
 
Aunque estemos decrépitos,
sigamos bailando.
 
Te guste o no, estamos
los que estamos.
Y no puedes elegirnos,
porque somos nosotros
quiénes te elegimos,
hace muchos años.
 
Desde mi culazo
alejándose orgulloso y altivo
en este declaramiento
te digo:
 
también ha pecado, ha vivido
y ha matado también el tiempo.



Música: Robe Iniesta – Suspiro acompasado

Imagen: Internet, desconozco


viernes, 14 de octubre de 2022

Exlibris







El sol está en sus manos
que incendian,
cuando los versos de sus ojos
escriben una oda interminable
a la alegría de vivir
 
Luego vino la muerte,
el olvido latente,
con su estruendo espeluznante.
 
En su procesión penitente
halló un cuerpo presente,
mas nada había en su interior
que hubiera sobrevivido.
 
El corazón inerte,
las células muertas,
con una única capacidad
la de autodestruirse.
 
La sangre coagulada y negra
por la falta de oxígeno.
 
Nada sobrevivió al paso del desastre.
 
Su alma quedó entre las páginas
de sus libros,
presa de por muerte.
 

 

 

Música:  Rachmaninoff: Piano Concerto no.2 op.18 - Anna Fedorova - Complete Live Concert 

Imagen:  GUSTAV KLIMT - 'Muerte y vida'




viernes, 9 de septiembre de 2022

Nadie te nombra

 


 
Con ayuda de la poesía
sólo se sobrevive
pero eso, no es vivir…
 
Con la ayuda de una mano
te sostienes,
te apoya al caminar,
pero no puedes andar con autonomía
 
A las caderas les debes,
pues gracias a su angostura,
la amplitud y la fluidez en el paso
pero no caminan por sí mismas
 
Cuando tus tendones se tensan
y el nervio duele,
nada avanza,
tu camino se detiene.
 
Entonces reflexionas,
nada que no dependa de ti mismo,
nada que venga de fuera
podrá hacerte avanzar
cuando tus caderas se niegan.
 
Lo comparo a
cuando nadie te nombra,
quizás sigas vivo,
pero no lo sabrás nunca
si nadie te nombra.



Música:
Rita Payés / Nunca vas a comprender

Imagen:

John William





 


sábado, 30 de abril de 2022

Elegía a Juan Diego Ruíz Moreno



Hay desde ayer un puño 
queriendo brotar desde mi estómago
para darle un puñetazo a la vida 
por habérnoslo arrebatado.

Le frena mi mano izquierda:
-"Mujer déjalo,
que ya está descansando"

La Estrella que lo guiaba 
quiso acunarle cantando
más su voz mutó en sollozo
y terminamos en llanto.

Se nos ha callado la Alegría,
saludan puños en alto,
mientras la guitarra de Paco sonando.

Poemas en tu libro de despedida, 
donde uno de esta Mala Rosa
que solo tú has inspirado,
queda como humilde recuerdo
a un cómico tan admirado.


La Mala Rosa



Menos mal que no fuiste ni agricultor, ni torero,
todos salimos ganando.

Música: Enrique Morente / Alma ausente


 





 

domingo, 10 de abril de 2022

Bucha



Nuestros relojes ya no cuentan minutos
cuentan muertos,
asesinados por una guerra entre hermanos
que llevan largo tiempo peleados
 
Los niños, incluso ausentes, aprenden rápido
a manejar las armas que encuentran en el suelo.
 
El odio es un alimento gratuito
donde la comida se pudrió en los estantes
de supermercados desabastecidos
 
Los disparos son la música de fondo,
a oídos que ya no escuchan las explosiones,
se han negado a oír ese silencio
entre misiles
 
Narices que se acostumbran
al hedor de los cuerpos inertes,
de la sangre seca vertida en las aceras.
 
Las ciudades son pasajes del terror,
mientras los zombis deambulan
buscando sin mirar
 
Buscar…
Entre las basuras,
entre las ruinas,
entre muertos.
Buscar,
ojos que no quieren ver.
 
Memorizamos nombres de nuevas ciudades,
tan rápido…
pero Bucha quedará para siempre
grabada en nuestras retinas.
La ciudad de los cadáveres desparramados,
una más para la historia
de las guerras sin sentido.
Sólo una más.
 
Aquella bicicleta ha sido el juez,
Google el testigo,
de cómo miente un asesino.


@Carlaestasola


Image by: Ronaldo SCHEMIDT de AFP

Música: Robert Schumann: Cellokonzert a-Moll op. 129