domingo, 10 de abril de 2022

Bucha



Nuestros relojes ya no cuentan minutos
cuentan muertos,
asesinados por una guerra entre hermanos
que llevan largo tiempo peleados
 
Los niños, incluso ausentes, aprenden rápido
a manejar las armas que encuentran en el suelo.
 
El odio es un alimento gratuito
donde la comida se pudrió en los estantes
de supermercados desabastecidos
 
Los disparos son la música de fondo,
a oídos que ya no escuchan las explosiones,
se han negado a oír ese silencio
entre misiles
 
Narices que se acostumbran
al hedor de los cuerpos inertes,
de la sangre seca vertida en las aceras.
 
Las ciudades son pasajes del terror,
mientras los zombis deambulan
buscando sin mirar
 
Buscar…
Entre las basuras,
entre las ruinas,
entre muertos.
Buscar,
ojos que no quieren ver.
 
Memorizamos nombres de nuevas ciudades,
tan rápido…
pero Bucha quedará para siempre
grabada en nuestras retinas.
La ciudad de los cadáveres desparramados,
una más para la historia
de las guerras sin sentido.
Sólo una más.
 
Aquella bicicleta ha sido el juez,
Google el testigo,
de cómo miente un asesino.


@Carlaestasola


Image by: Ronaldo SCHEMIDT de AFP

Música: Robert Schumann: Cellokonzert a-Moll op. 129