¿De qué me
sirve volverme loca?
¿Para qué
desesperar de ausencia?
Si a nadie le
importa…
Mejor intentar
pensar hacia adentro,
dejar que se pose lentamente en el suelo,
como esas microscópicas partículas de polvo que flotan en el aire,
concediéndonos el tiempo necesario y
así poder hacernos a la idea,
de caminar sobre ella sin quemarnos las plantas de los pies,
sin que ese calor nos escale por todo el cuerpo
y nos inunde la pena,
¿quién pudiera, amor, volver a ser poema?
tu y yo
Sigo
necesitando la poesía de tus manos,
escuchar la agitación de tu respiración,
el rozar de tu piel,
tu aliento vivo ardiendo deseo,
notar ese brillo en tus ojos…
Y yo…
Tenerte entre mis manos,
esas que encienden tu cuerpo,
que lo
extinguen en llamas voraces de horas,
y horas de
encuentro.
Devorar los
segundos con fuego,
quemarnos en
la pila funeraria
que nos
devuelve el sentido de la vida,
ese que
perdemos,
que hemos
perdido,
y cuyo reflejo
aun nos llama desde lejos,
traspasando la piel entre silencios.Carla Duque 30/01/2015