martes, 1 de diciembre de 2015

Mío







Hoy como cualquier otro día, desde que no estas, me costó levantarme, hacía frío y me quedé ahí, muy quieta, tapada hasta las orejas, de no ser por el leve movimiento que destapó mi hombro al levantar el brazo para coger el móvil de la mesilla de noche.

Nada tuyo, como todos los días, ya no hay palabras, ni suena la música, ni se remueve libido con las fotos.

No hay café, ni ganas de levantarme a hacerlo. Me mantengo ahí leyendo las diferentes redes sociales largo rato, se está bien en la cama, la sensación de calor me incita de nuevo al sueño, pero me resisto, me ayudo leyendo los tres o cuatro mensajes que a diario me desean buenos días en privado, con sus fotos y la amabilidad de costumbre consiguen que esboce una mínima sonrisa…

Era diferente cuando eran tus mensajes. Recuerdo la ilusión con que los recibía, no faltaron nunca, ni una sola mañana, no importaba cómo te sintieras, ni aun en los peores momentos me faltaron. Entonces yo era  esa prioridad. Por un pequeño espacio de tiempo en tu vida fui lo más importante cada día. Esa ilusión que iluminaba tus ojos al despertar, esos momentos robados antes de que toda tu familia pululara por la casa, ya habías estado conmigo, aunque fuera unos segundos ocupándote de que mi despertar fuera especial, de que la luz que entrara en mi cuarto no necesitara de abrir la ventana.

¿Y tú me preguntas porqué te echo tanto de menos? 

Asumo que soy especial, como cada uno de nosotros lo somos, pero ya no me vuelan esas “mariposas” en el estómago haciéndome sentir la mas bella entre las bellas, la mujer más deseada, ese placer prohibido que llenaba tus momentos imaginados. Tu ilusión y la mía se habían encontrado en ese espacio infinito en que nos perdíamos cada segundo, cada hora, todo el día,  y toda la noche.

Cuando todos dormían, nuestras letras se acariciaban, mimándonos con regalos, ínfimos detalles tan importantes para los dos. Nuestras músicas dialogaban en un idilio de notas, de miradas, de temblores ruborizando las madrugadas. 

Música, imágenes, sensaciones, sonrisas…

¿Y  tú dices que no te he perdido?

Y seguramente tienes razón,  porque ya no nos hace falta escribir para comunicarnos, hemos pasado a otro nivel. Ya no tenemos que hablar para escucharnos… Ni tenemos que querer estar juntos, porque lo estamos, aunque no hablemos adivinamos las palabras… Añorándonos nos vivimos más que nunca, cercanos, y sonreímos a la vida por habernos dejado  ese espacio en el que siempre nos encontraremos, por mucho tiempo que pase, aun sin pretenderlo, estamos más presentes cuando no estamos.

¿Y tú dijiste que yo había ganado?

Aun perdiéndonos los dos ganamos, reconoce al menos, que en algo me he adelantado… Al menos yo puedo contarlo, aunque se me atragante esa lágrima, que no quiero llorar hacia afuera, quiero que ese llanto sea mío, como tú lo fuiste, un día,hace mucho tiempo.

Carla

02/12/2015  a las 0:45

viernes, 27 de noviembre de 2015

Dibujando sentimientos









Le miro desde la ventana iluminada del amanecer
Ha permanecido sentado, silenciosamente quedo.

Su falta de sueño le indujo al abrigo del papel,
ese bolígrafo ya viejo, pero que a él tanto le ayuda
a deslizarse por las líneas  dibujando sentimientos..

Va desnudándose despacio, para acariciar mis heridas
con el roce de las yemas de sus dedos.

Dejamos que las palabras usen nuestros cuerpos,
deteniéndonos en cada verso, para mirarnos de nuevo.

Sus ojos brillan, pequeños puntos de miel derritiéndose
hasta unir estrofas, 
entre cada palabra un beso como
espacio entre letras que nos conduce
a un poema interminable, donde cada día,
surjen más y más letras a la luz que sutil
nos penetra desde su parque hasta mi puerta,
desde su fuente hasta mi cama 
tan sólo separada
por dos ventanas a oscuras.

Hoy en silencio me llenó de estrellas,
Y ella solitaria seguirá mirándole cada noche,
para que el pueda seguir describiéndola.

Me gusta esta luna grande, cercana y
blanca que ilumina nuestros  inacabados poemas


Carla 28/11/2015 
3:26


miércoles, 18 de noviembre de 2015

Distancia más próxima





Nos hemos cerrado todas las puertas
aun así, se nos ha olvidado
que la principal vía sigue abierta.
Yo te pienso y
tu me piensas...
No somos quienes para cerrar
las almas
ellas van por libre

Nace para ti,
desde la distancia mas próxima


Carla 18/11/2015 - 13:00

domingo, 15 de noviembre de 2015

Hoy más que nunca estás ahí





Querido Antonio,

(Aunque podrían ser unos cuantos los nombres a citar en este encabezamiento, usaré el tuyo como referente por ser el primero en echarme de menos)

Llevo muchos meses arrastrando inconstancia, falta de ganas, o como quieras llamarlo, a veces tanto que es para mí un verdadero esfuerzo sentarme a escribir unos tweets, tanto, que la mayor parte de las veces demoro la hora de hacerlo hasta el último minuto del día, o de la madrugada, como últimamente me está ocurriendo a menudo. Y cada vez se va alargando más esta hora, hasta el punto de dejar mis horas de sueño realmente reducidas al mínimo. Esto provoca obviamente un retraso a la hora de despertarme que cada vez se acerca más al medio día, mis ritmo biológico está variando de tal manera que no puedo seguir permitiéndome ciertos lujos, y como diría mi querido Jerónimo, debo abandonar por motivos de salud durante un tiempo este escenario público.

Ello no comprende a este lugar privado donde a veces nos encontramos unos cuantos, muchos menos de los que me gustaría, pero aquellos que realmente se preocupan por mis escritos son ahora mi única prioridad, y espero que al menos mis fuerzas para seguir comunicándonos a través de esta vía no desfallezcan, porque ésta era mi preocupación más acuciante. El tedio a la hora de escribir se había extendido hasta este lugar, y eso no puedo consentirlo, porque mi blog es "el diario de mi niñez" en la etapa actual, ese donde puedo volcar todo lo que me afecta, me preocupa, sueño o imagino. Como todos sabéis mi válvula de escape, ese mi último reducto para sentir y donde me gustaría notaros cerca, muy cerca.

Algunos me invitaron escribir con ellos y lamentablemente no funcionó, otros me invitaron a participar en sus blogs, pero soy demasiado vaga para abrir otras cuentas (qué complicado es wordpress por dió!), Lo que agradezco a todos de todo corazón. Pero no...

Me siento a gusto, en este pequeño lugar, donde sólo me leen unos cuantos locos como yo, en petit comité es como me siento mejor, sabiendo que casi susurro mis historias al oído de cada uno / una de vosotros, Si es que aún me seguís por aquí ...

Seguiré escribiendo hasta que no tenga fuerzas para seguir haciéndolo y espero que alguien me lea, porque sino de poco servirán, aunque lo haría incluso por escribirme a mi misma.

Sé que Antonio me echará de menos, pero me tiene aquí, y todos podéis seguirme en Google+ de donde por ahora no pienso desaparecer.

No sé si alguna vez volveré a @twitter mucho tiene que cambiar todo por ahí para recuperar las ganas de hablar en ese foro ... 

Lamentablemente, y sé que muchos sonreirán (de esos que no me leen, pero están al cabo de la calle de todo cuanto digo) he perdido demasiadas cosas que me ataban a estar ahí, tantas que cada tweet me costaba un pedacito de corazón, sangrando , el desafío no es divertido.

Sois demasiados los que me habéis dejado, la mayor parte de aquellos a los que disfrutaba leyendo, demasiados con los que ni siquiera crucé una palabra. Algunos, sin duda con una razón porque si tuvieron esa palabra conmigo, pero la gran mayoría tan sólo me conocieron de oídas por gente que manipula todo aquello que toca, y eso acaba por doler demasiado ... No voy a hablar de las historias que sobre mi se inventaron, ni de las que ocurrieron de verdad, al menos todavía ...
  
Al menos aquí aun habrá un lugar en el que mis historias sean reales aunque sólo en mi imaginación y en la de los que me leen.
  
Gracias, hoy más que nunca por estar ahí, c uento con vosotros,

Carla

15/11/2015 a las 21:35

Música: Debussy - Rêverie






domingo, 25 de octubre de 2015

Lectura vacía








Cierro las tapas de mi libro, de todos modos no consigo comprender lo que estoy leyendo, y no por su complejidad, sino por mi incapacidad de concentración… Últimamente me pasa a menudo, desde que ella falleció hay temporadas en que la cabeza simplemente no está conmigo, parece que se hubiera ido con ella, se pierde en sus propios infiernos y divagaciones sin que yo pueda hacer nada por impedirlo. La fuerza que la aleja de mi consciencia es muchísimo más fuerte, tanto que a veces, ni siquiera la siento, no está… Y se producen esas lagunas, que se pueden convertir en horas, porque campan a su libre albedrío entre los lugares en los que si querrían estar… Puedo estar pensando en varias cosas a la vez sin ser para nada consciente de la rapidez con la que mis pensamientos la invaden, resuelven y se alejan nuevamente.


Sentarse y ver las letras pasar inconexas, sin formar palabras, se suceden como en un tiovivo, lentas, se enfocan y desenfocan libremente, me pierdo en los espacios en blanco, entre los interlineados pasa media vida, y sin embargo al pasar la página, tengo que volver a la página anterior una vez más, incapaz de la asimilación de lo leído.  


Vuelvo a hacer el enorme ejercicio de fijar mis ojos en las primeras palabras, pero mi mente vuelve a divagar sin rumbo mientras mis ojos recorren las líneas sin descifrar el significado de lo que transcurre ante ellos, releer la página veinte veces sigue sin ayudarme a comprender lo que leo, nada queda retenido en mi memoria, todo desparece en el vacío, seguramente mi inconsciente conoce mucho mejor el libro que yo, seguro que lo recrea en mis sueños… Definitivamente no pueden quedar en blanco tantas horas de lectura, a algún lugar habrán ido a parar los párrafos.



Carla
26/10/2015
a la 1:45

Música: Mahler : Symphonie 4 : Poco Adagio - BPO /Karajan*
Imagen: Óleo de Martín
Llamedo

viernes, 16 de octubre de 2015

Disfrutar tanto como hubieras deseado











Y  si, debo darte la razón cuando dices que quizás no he disfrutado de ti, tanto cómo hubieras deseado.

Siempre me dejo llevar por esa inseguridad infantil, donde no merezco a quienes me aman, y por tanto ser amada, lo que dispara una  reacción en cadena que desatan todas mis relaciones.  Soy demasiado egoísta, para hacerme cargo de dos personas a la vez, por eso desequilibro todo, al ocuparme sólo del yo, y no del nosotros... Y eso no sería un gran problema si al menos recuperara en algún momento la empatía, mientras me adentro en mi propio universo… Y pierdo el hilo como casi siempre, y  recuerdo tu sonrisa,  y tus manos, tus dedos resbalando lentamente por mi  espalda, ensimismada en el recuerdo de nuestros momentos juntos,… 

Sé que igual tú ya te has olvidado de las ilusiones que se vuelven realidad, y pocos factores me llevan a pensar en que tú no lo hagas…

¿Recuerdas?, la lluvia caía incesante, jarreaba en Madrid fuera de ese secano  cansino que normalmente es, era un día diferente…

Y ahora mis ojos se cierran suavemente, me regocijo pensando en el sueño. He madrugado demasiado esta mañana, y tras el insomnio de cada noche, mis horas de descanso apenas han llegado a cuatro escasas, cada día estoy más cansada, tanto que menos me cuesta entrar en esta melancolía de lo que no volverá.

Aparcar la ilusión es duro siempre, pero aun mucho más cuando tras ella cierras una puerta, que tienes el  firme propósito de no volver a hacer ni intención de abrir nunca más, donde queda una parte de tu vida que tampoco puedes  continuar, donde te quedas tú, pero también donde me quedo yo.

Tantas veces hubo posibilidades, pero debías ser tu, y no otra persona, por las razones que fueren, ya no importa, el caso es que mi destino encajó en el tuyo unos días, de una manera inesperada, aunque totalmente alevosa, que nunca debió terminar como lo hizo. No, no me arrepiento de mi consciencia en ese instante, de tomar decisiones, de elegir libremente por una vez en mi vida hacer, exactamente lo que quería hacer. Ya hace tiempo que libraba una batalla conmigo misma,  que quería ganar sin corazas, aunque a la larga pareciera más una pérdida, sé mejor que nadie lo que he ganado.

Puede que sea en las batallas perdidas, precisamente donde más se gana. Sólo cómo ejemplo satírico la vida nos da la respuesta, el porcentaje de perdedores es siempre el mayor, porque es en ese estadío donde somos más humanos, donde nos ponemos en lugar del otro, que al fin y al cabo es de lo que se trataba esta mierda de vida, de ser humanos.

“Ahí estabas,
mirándome sonreír,
escuchándome,
pupilas inmensas,
solícito y callado…
Disfrutándonos cada segundo.
Así es como quiero recordarte
deseándome…”

Y no se si finalmente tu, pero al menos yo, he disfrutado más de lo que habría ya no imaginado, sino soñado alguna vez. Ni siquiera en mis historias habría podido crear a alguien semejante a ti... 

Si, disfrutar era eso, aunque tu no lo creas.



Carla 16/10/15  a las 19:44

miércoles, 7 de octubre de 2015

Entrando en el Túnel








ENTRANDO EN EL TÚNEL


Caía al vacío con el terror de enfrentarse a lo desconocido,  los espacios ingrávidos solían provocarle una incomoda sensación de desequilibrio. Y aquel túnel parecía no terminar nunca, por más que caminaba hacia la luz que penetraba desde el final, las paredes no tenían fin.


Sin embargo desde allí era incapaz de desenfocar  la imagen que veía  alejarse tras ella, mientras una fuerza inusitada empujaba su cuerpo hasta elevarlo por encima de la escena en la que su cuerpo parecía haber quedado anclado, inmóvil … En ese instante la curiosidad atrajo su mirada hacia el lugar que había abandonado y en el que la escena no parecía haber terminado. 

Un grupo de personas se inclinaban accionando diversos instrumentos quirúrgicos sobre un cuerpo que querían reanimar para sacarlo de su estado de aparente letargo.  

Todo indicaba representar el  momento en el que se encontraba, el presente inmediato, pero no así el espacio. Un quirófano de un hospital en el que no recordaba haber estado. Gente agitada en sus movimientos, que contrastaba con el silencio sepulcral que reinaba, veía sus bocas moverse, sin duda estaban hablando, pero más que escuchar adivinaba las palabras en sus labios, sin sonidos. El silencio era el único sonido perceptible.

Durante un tiempo, que ella imaginó muy largo, comenzó a ser consciente, al fin, de lo que estaba pasando, finalmente algo había identificado. No cabía ninguna duda,  era su propio cuerpo ajeno totalmente a su presencia, como dormido, el que estaba allí tumbado, en la  camilla del quirófano.

Carla 08/10/15 a la 1:22

Música: 
Bill Evans Trio- I will Say Good Bye

jueves, 1 de octubre de 2015

Díselo / DISPOESÍA




Díselo   / DISPOESÍA

Diverso como los colores del Otoño,
Disfruto tus besos en mi espalda, mientras
Dispersas tu atención en el cielo
Disertamos sobre las estrellas en
Discreta ternura desatada
Diseño abrazos a tu medida y
Dispénsame si te beso sin
Disfraces que nos oculten
Discurrimos nuevas formas 
Disecando sin  palabras
Dispersando nuestras manos en
Dispendio del tiempo que me regalas
Dispensando placer sin ataduras
Disfrutando de los instantes que
Discurren  precipitando las
Díscolas despedidas que nos
Disgustan cada vez más la vuelta a las
Disciplinas cotidianas
Disgustados por la separación que nos ayuda a
Discernir entre el deseo y lo obligado
Disimulando sentimientos
Disgregados sin demasiado sentido, sin
Disculpas zafias

Discontinuaremos esta
Dispoesía


Carla 01/10/2015 a las 17:45
Juegos de palabras sin más


viernes, 11 de septiembre de 2015

Hueles a jabón









Ahora que la noche me esconde, 

puedo escribir los versos que añoras, 
esos que te hablan de lentas caricias en tus lugares más ocultos.

Huele a jabón fresco, 
te has duchado amor, 
y eso sabes que no lo resisto... 

Me muero por olerte despacio con todo el calor de ti, 
ese que vas desprendiendo según te enciendes
mientras rozo tu cuerpo.

Se que te gusta leerme 
y ese es el mejor aliciente para escribir.

Aquí agazapada por esos ojos que no ven, 
pero estos dos corazones se sienten... 

Ven ¡abrázame esta noche! 
desesperadamente,
necesito que aprietes mi cuerpo contra el tuyo, 
me siento sola y quiero 
comer y beber de ti toda la noche



Carla día 10/09/15 a las 01:28 

jueves, 13 de agosto de 2015

Demasiada Muerte en pocos días









Sentir que tus árboles no filtrarán la luz,
que los animales no tendrán donde cobijarse,
que no habrá ramas para albergar las aves,
que habrá silencios donde hubo gorjeos

Sentir que ese bebé lloraba unos segundos antes,
que su Salomón transitaba en las venas de su madre,
que ella tuvo la sangre fría para poder hendir su carne
olvidando que fue ella misma quien le dió vida

Sentir que sus sonrisas no volverán a llenar 
de alegría las habitaciones en sus casas,
que sus madres habrían dado cualquier cosa
por no ver lo que hoy tuvieron que ver

Sentir que todo se desmorona,
que los corazones asesinan lo que aman,
y nuestros pasos por esta vida 
nos abochornarán hasta la muerte

Sentir la muerte alrededor,
con la impotencia
de ser sólo un espectador


A ellas, 
Laura y Marina
y a todas las que mueren a manos de los que dicen amarlas.
A todos los asesinados estos días.
A mis queridos bosques calcinados de la Sierra de Gata

Carla
1:39 día 14/06/2015

lunes, 3 de agosto de 2015

Primer intento sin música



Mi querido poeta, 

Buenos días, 

No sabes acaso
que la razón de tu sueño
es el conocer escaso?

No sabes acaso 
que la espera sin respuesta
es fuente fluyendo
de un manantial
inagotable
hacia invisible regazo

No sabes acaso 
que es la esperanza
quien da alas 
a tu imaginación de poeta
buscando
palabras 
para ir enlazando

No sabes acaso
que abrazos imaginados
superan mil veces
al cuerpo
y sobrevuelan
alrededor 
del que realmente
abrazamos

No sabes acaso
que no saber
prodiga lo imaginación
aspirando siempre
al deseo soñado

No sabes acaso
que los poetas
nada serían
si la realidad
no dejara puertas abiertas
al deseo imaginado

Yo si,
por si acaso

lunes, 27 de julio de 2015

Soñé otra vez, esclava de mis imposibles








Me has pedido que te cuente mi sueño, y mi excusa es que era demasiado largo, cuando en realidad lo único que pretendía era poder hablar contigo y contártelo… Me conformaré una vez más sin oír tu voz, me tengo que poner a escribir,  excusas de nuevo, a mi misma, soy boba.
Vamos…

Normalmente no suelo recordar mis sueños, dicen que esto suele ocurrirle a aquellas personas que se regalan a sí mismas la realización de sus deseos durante el día, desde ya, aprovecho para deciros que esto es un engaño, al menos está demasiado lejos de ser mi caso. Como os iba diciendo ese fenómeno poco frecuente, casi siempre coincide con algún hecho que aunque no sea de manera puntual, ni exacta, al menos en algún punto se asemeja con lo que acaece en mi vida real finalmente, a veces incluso años después.

Recuerdo que la primera vez que fui consciente de ello, apenas tenía ocho años. Desperté debido a las lágrimas que caían por mis mejillas. Mi madre, que se levantaba con el sonido del vuelo de una mosca, vino entonces corriendo a mi cuarto, nos encontramos a medio camino y cuando me preguntó que me pasaba, le dije que había soñado que mi abuela materna se moría.

Mi  abuela que vivía a más de cuatrocientos kilómetros de distancia, a quién sólo veía durante los veranos, mantenía tan sólo correspondencia con mi madre, su hija. Una de sus hermanas, que vivía con ella, llamaba de vez en cuando para darnos noticias a uno de aquellos teléfonos fijos de hace años, cuando aun no existía toda esta parafernalia tecnológica.

Mi madre me tranquilizó para que volviera a la cama, si algo hubiera pasado, me dijo, tu tía nos habría llamado y no ha sido así, convenciéndome para ir a dormir de nuevo, ya que eran cerca de las cuatro de la madrugada y al día siguiente debía ir al colegio.

Todo quedó tan en medio de una nebulosa, que hasta yo me olvidé de mi propio sueño… Transcurrió el día de escuela, como cualquier otro, nadie más que mi madre tenía conocimiento de mi sueño.

Pero la mañana siguiente, a eso de las ocho, cuando nos levantábamos para ir al colegio, sonó el teléfono en casa… Era mi tía, le pedía a mi madre que se pusiera en camino porque mi abuela estaba muy enferma. Lo que entonces no nos dijeron, ni a ella ni a mí, es que ya había fallecido a eso de las cuatro de mañana.

Conexión, premonición, adivinanza, ¿qué se yo? , lo que sí sé es que fue la primera vez que fui consciente de ello.

Y ya, si lo sé bien, muchos estaréis llamándome loca, pero no voy a sorprenderme por eso, me lo han llamado tantas veces, da igual la causa, que no me tiene ya ningún efecto, hasta sonrío sarcásticamente cuando lo hacen, y eso enerva, lo sé…

Todo esto una mera introducción, y sin motivo o justificación aparente, o si, ¿quién lo sabe? …

Anoche de madrugada volví a sentir esa sensación fría en mis mejillas que me despertaba, de nuevo lágrimas si, en ese estado de duermevela pude revivir lo que acababa de soñar con la suficiente claridad como para poder contarlo…

Ahí estaba él, bueno más bien estábamos los dos, era una especie de cafetería, creo, o un salón, no recuerdo de manera precisa el decorado, sólo recuerdo que estábamos sentados en sendos sillones individuales, y él no quería mirarme a los ojos… Adivinaba por su rictus que algo grave sucedía y aunque podía adivinar sus palabras, necesitaba que fuera él quien las pronunciase. Recuerdo que intentaste tomar mi mano, pero instintivamente la retiré de tu alcance, me recosté en el sofá para que mi cuerpo no soportara el peso que yo sabía iba a hacerlo caer más tarde o más temprano como un fardo, contra el respaldo…

Rompiste de nuevo el silencio, y pronunciaste dos frases que dolieron más que un disparo, raramente no salía sonido alguno de tus labios, pero resonaron en mi mente como si nos comunicáramos telepáticamente.

-“Carla tu sabes que las cosas no estaban yendo muy bien últimamente… Y no sabes cómo lo siento, pero debo ser sincero contigo. He conocido a alguien…”

No me preguntes porqué, ya lo sabía, pero así era. Sin embargo cuando mi mente las captó, se produjo un cortocircuito, todo colapsó. Sabía que no podría haber sido de otra manera, y que aunque una parte de mi iba a morir contigo, el resto del cadáver me tocaría soportarlo a mi sola. Arrastrarlo a diario no iba a resultar fácil, cada vez mas pesado ese saco de decepción, es una losa que casi me aprisiona pero no me queda más remedio que seguir cargándolo.

Las cosas bellas no duran mucho tiempo me habían dicho siempre, y yo ingenua, pretendí ser más lista, llegar más lejos, engañar al destino, para retenerte un poco más conmigo. Exprimir cada segundo, aunque se fueran distanciando en el tiempo, soportar tu falta de ganas, tus excusas, comenzaba a asfixiarme, demasiada presión en un pecho que cada vez aguanta menos dolor. Sin darme cuenta de que cada vez estábamos más lejos, de que todo tiene un final, pero sobre todo de que hay un lugar en el que nunca te irás, aunque no lo sepas, seguirás en mis escritos, mientras sigas en mis sueños, por muy lejos que estés.

Ser un número en tu lista, no es algo de lo que me sienta orgullosa, tampoco arrepentida, pero triste, mucho, por no saber cómo hacer para que te quedes, de alguna manera aunque sea, perdón, iba a mentir, no, no es cierto… Sólo quiero que te quedes de esa manera que los dos sabemos, debo ser sincera, de esa que ya no puede ser, de esa en la que fuimos.

Carla Duque
28/07/2015 a las 1:45



martes, 23 de junio de 2015

A los poetas y al amanecer entre lamas




Inesperadamente fue un regalo, cuando ni siquiera sabía que podría serlo, en un día tan especial para ti.

Habría, de haberlo sabido, intentado imaginar miles de cosas originales que podrían haberte sorprendido mucho más, incluso haberte dejado atónito,  con ese brillo del deseo en los ojos, pero cada vez, me da la impresión de que te conformas con menos, que casi cualquier cosa que hubiera hecho habría sido válida, me pides muy poco, para todo lo que tu me das.

Siempre has pedido poco, te conformas casi sólo con mis letras, que llenan ese momento de ego que te hace sentir mejor en tu día a día, sólo eso es suficiente para que sigas mirándome a los ojos. Abriendo la persiana cada mañana para que entre el rayo mínimo que te permita descubrir mi cuerpo, un vez más, imaginado, gracias a la luz que se cuela entre las lamas, mientras duermo. Agotada por la exigencia de un cuerpo, al que ya me va costando más responder.

Es cierto que los años nos han cambiado, que nuestros cuerpos no tienen la tersura de piel ni medianamente exigible, que la fuerza de la gravedad ha hecho ya estragos en cada centímetro cuadrado, pero también lo es, que hemos ganado en profundidad al sentir, en conocer exactamente el ritmo y el tempo, en interpretarnos cual dueto improvisado sobre la partitura que conocemos de memoria, miles de veces interpretada en nuestra jam particular, siempre diferente, aunque con los mismos protagonistas.

Y una vez más ese vacío que genera mi impotencia,  cuando oigo como se cierra la puerta y me quedo a solas en esa cama tan revuelta…

Ya no vamos tan al unísono,  te has ido interesando por otras cosas que te abstraen de mi lado, que te alejan cada vez más de lo que fueron momentos nuestros, ya cada vez nos vemos menos, pasas apenas horas en casa, y tus fines de semana se llenan de actividades deportivas, mientras los míos tienden más a los culturales. Nos hemos distanciado tanto, que el único momento de contacto es ya el sexo, al menos en ese aspecto aun hay respuesta, por ahora.

Aunque es cuando no estás, lo confieso, cuando mejor me encuentro, acostumbrada ya a tu ausencia, a tu despego, me busqué a mí misma, hallándome.

En el silencio de las sábanas donde encuentro mi verdadero yo, ese que busca en su cuerpo todo cuanto no encuentra, mi fantasía vuela alejándose de esta habitación, y de tu lado, dejas de existir para tomar otros cuerpos, inexplorados, nuevos… Perdida entre montones de ellos, todos cadavéricos, olvidados de la realidad, ausentes de sus vidas.

Finalmente me busqué en bosques y tempestades, para centrarme definitivamente en la escritura, donde pude satisfacer veleidad y sosegar mi alma en aguas calmadas.

La prosa me diluyó en historias que no eran mías, los relatos me alejaban de mi misma, porque no era capaz de reflejar en ellos todas las sensaciones, apenas permitían mostrar una mínima parte de esa desazón que me quemaba las entrañas.  

Es por eso que debo agradecer mucho a la poesía, a la que siempre me animaste y siempre tuve miedo.

Hasta entrar en ese mundo desconocido donde  las letras se convierten en alma desnuda, y las pasiones y carencias en versos, donde la inmediatez de los sentimientos expresados consuela las heridas consumadas. Vehículo consecuente que deja al trasluz sentimientos,  donde sólo la sinceridad es válida, ahí donde no se puede mentir porque todo se muestra.

Sólo aprendiz de grandes maestros,  que como tú, han convertido el verso en dialogo diario, con la fluidez experta de quien domina los trucos de la palabra, cual varita mágica para tocar justo donde se debe, despertando sensaciones, magos de la palabra admirados y sin embargo tan expertos voceadores capaces de vender mantas en el Caribe.

Esos locos egregios se nos merecen, a todos los que un día caímos en sus redes, la palabra siempre nos enamora, y lo sabes.

Pido perdón por mi prosa, justificada por una sola razón, teóricamente no dominas este reino, y por tanto terreno neutral lo considero, aunque en mi humilde opinión, siempre estaré en desventaja, porque creo, que quien domina la palabra, domina todos los tercios, y esa, no soy yo.

A los poetas y al amanecer entre lamas

Carla
22/06/15



sábado, 13 de junio de 2015

Un tango a una Porteña







Siento que tus roces se deslizan por su piel de tango,
marcado su nombre en la tuya,
iluminando volcanes inertes
levantando el vello dormido en tus sombras

Entorno mis ojos para encontrarte
interpelándola de nuevo ante la opacidad de su falta de respuesta,
levantas su falda de tubo a versos,
imaginando sales que no saboreaste,
escapando de tu apatía, desidia diaria
que te congela la sangre
y vuelves a  búsquedas apasionadas
que coloreen tu alma de poeta
que despierten sentires y poros
para que el calor te permita irrigar
de escritos tu silencio

Eres el que pinta desnudos con un teclado,
el que llama a puertas secretas,
y vampíricamente succiona vida
de otros cadáveres
en el mismo cementerio

Y respondo a tu poema
escrito hace años,
como si el tiempo no hubiera pasado.
Porque sin ser genéricos
cualquiera de ellos podría 
serle a cualquiera adjudicado,
solidario y generoso 

Me llamas amor y me espanto,
Te digo amor, sin sentirlo,
somos historias repetidas
en un álbum de cromos imaginarios


Carla
14/06/15 
2:42