Verás Manuel,
Por lo general los tíos sois muy inocentes y
caéis en las redes de mujeres que son expertas en la conquista, digámoslo así,
esas mujeres suelen estar rodeadas de un reguero de machos cabríos que les han
hablado previamente y éstos a su vez han estado por ahí tonteando con otras y
esas otras a su vez tienen reservadas venganzas extrañas y oscuras. Pero claro
todo parece muy fácil cuando en realidad es una trama siniestra. Por eso
mientras vayas a lo tuyo en las redes y pases de "amores" y
"pasiones de gavilanes" todo irá más o menos bien, te puedes
encontrar algún loco porque de eso nadie estamos libres, pero con bloquearlo ya
se termina la historia. Éstos otros entramados absurdos e incomprensibles para
seres normales, están ahí al acecho y surgen cuando menos te lo esperas. Por
eso cuando figuras con tu nombre y apellidos, y utilizas tu cuenta como parte
de tu trabajo no puedes interconectar con ese lado oscuro de las redes, puede
resultar muy peligroso. Y pocos salen indemnes. Llevo años por aquí y
naturalmente he sufrido ataques, pero hay algo que tuve siempre muy claro, en esta
cuenta no podía utilizar ni mi nombre real, ni mi imagen. Dar pistas de dónde
vives o interrelacionarte con conocidos o amigos de tu vida real. Lo virtual
debe quedarse siempre en eso, virtual.
Con tan sólo los dedos de una mano puedo contar
los amigos hechos por aquí que conocen mi nombre, y saben quién soy y han
tenido que pasar años de hablar y hablar para que esto ocurriera, y aun así,
con todos estos filtros alguna vez me equivoqué y di cabida a quien no debía,
pero tuve más o menos suerte, todo quedó en la virtualidad. Alguien utilizó
información personal y la publicó y tuve que denunciar, porque eso es un
delito. Desde entonces ningún filtro es suficiente, y nada pasa a mi vida real.
Es muy triste, pero es así.
Durante unos años mantuve dos cuentas, esta y
una con mi nombre real que formaba parte de mi trabajo, pero cuando llegaron
hasta allí, ya nada volvió a ser igual, y tuve que deshacerme de mi cuenta
personal, nada está vinculado ahora, y las dos vidas se han separado por
completo. Carla ya no tiene ningún aliciente para mí, aunque la conservo ya que
en su día la vinculé a mi blog, ese en el que escribo mis tonterías, nada
serio, soy mala escritora ya lo sé, pero de vez en cuando la escritura en ese
blog me saca de la rutina diaria y es algo a lo que aún no estoy dispuesta a
renunciar.
Imagina hasta qué punto llega la cosa, que hace
dos años publiqué un relato en un libro por una causa solidaria y todos mis
compañeros del libro no entendían el por qué era la única que publicó con
pseudónimo. Por eso me apena mucho la situación en la que te encuentras y
quiero que sepas que, si en algo te puedo echar una mano, conozco bien cómo
funcionan esas mafias y quizás podría hacer algo al respecto, pero tendría para
ello que saber demasiado y no quiero importunarte ni que pienses que pretendo
información. Nada me importaría si fuera cualquier otra persona, y esto sólo me
preocupa porque es a ti a quién le ocurre.
Poner tierra de por medio es la mejor de las
soluciones. Y si su curiosidad es mayor usa una cuenta con un nick falso podrás
ver que pasa mientras tú no estás, pero siempre desde lejos. No te pongas nunca
en contacto con nadie anterior con esa cuenta, y no hables con personas con las
que has hablado, solo vigila y observa, verás como todo cobra sentido. Pero si
decides no hacerlo y olvidarte de esto, también lo comprenderé, uno no queda
con ganas de más después de una experiencia semejante, yo lo sé bien.
Manuel, no estás sólo, se cómo te sientes, y
procura resarcirte en tu vida real, disfruta tanto como puedas, pero siempre
preserva tu información, es lo más valioso que posees, y es lo único que pueden
usar para hacerte daño.
Un abrazo muy fuerte y aquí tienes una amiga,
no soy ninguna otra cosa más, sólo una amiga.
@carlanotepases
Ya lo siento. A los amigos que se fueron de las redes.
Imagen: Artista: Profesor Morteza Katuzian | Galería de Arte Islámico y Fotografía
Música: Bunbury / Aunque no sea conmigo