jueves, 5 de marzo de 2015
miércoles, 4 de marzo de 2015
Tu mi lluvia
Hoy soy presa de mis propios
silencios
y por no gritar me muerdo
pensamientos,
que no me dejan ni a sol ni a
sombra,
anulando cualquier otra cosa que
veo.
Hoy tengo que llorar hacia atrás,
para poder seguir viviendo.
Y recuerdo su mirada,
que en medio de mi tormenta, fue
trueno.
Sus palabras nublados secos,
y sus pasos de hielo,
la alfombra hacia mi estreno.
Hoy que el sol brilla infame,
vuelvo a desear la lluvia,
y lloro hacia fuera
porque ya el depósito está lleno,
rebosante de recuerdos.
Carla 04/03/2015
Por qué será que ya sólo me
salen poemas?
domingo, 22 de febrero de 2015
Próxima parada
Bajó del coche apresurada, no quería
entretenerle ni un momento más, le esperaba un largo viaje y se hacía tarde.
Se quedó con los pies clavados a ese
asfalto, a pesar de lo gélido de la temperatura. El coche se alejaba y apenas
podía apreciar unos ojos en el espejo
retrovisor interno, desdibujado ya el conductor le pareció ver un leve gesto en
que su mano le decía adiós, confuso. Durante
sólo unos segundos debido a su miopía no estaba segura de si en realidad había
ocurrido o simplemente lo habría deseado… Pero algo le hacía sospechar que esos
ojos se quedaron clavados en el retrovisor interno hasta perderla de vista…
Le había dicho que cogería el autobús
de regreso a casa, pero a pesar del frío, no quería entrar en un transporte
público abarrotado donde su recuerdo se difuminaría demasiado pronto. Cuando en
ese momento, lo que ella ansiaba era que permaneciera un rato más en sus
recuerdos, prolongar la sensación de pasado, estirar los minutos que tan sólo
acababan de terminar, juntos. Se negaba a adentrarse en su vida sin ese impás
imprescindible para respirar hondo y permitirse el recreo antes de volver a su
rutina…
Desanduvo el camino que aquel coche
había hecho con los dos, esos últimos minutos, y caminó despacio recreando esa
pequeña memoria inmediata que aun permanecía en todos y cada uno de sus
sentidos. El frío viento aun le traía sus susurros de deseo, casi podía
escucharlos como en un antiguo casete una y otra vez, sus palabras en su oído,
llamando a su deseo, aquella voz que la estremecía con una rapidez meteórica,
encrespando su piel, erizando su vello, la misma que había calentado con su
aliento cada centímetro de su cuerpo.
Recreaba mentalmente la suavidad de
sus manos recorriendo su espalda, sus hombros, sus labios lentamente como a los
dos les gustaba, robando al tiempo su significado en minutos, para traducirlo
en calor sobre sus cuerpos. El roce de su vello que le causaba aquel cosquilleo
tan agradablemente cálido, haciéndole temblar…
Aunque en algún momento su atención
se detenía en algunas tiendas a su paso, no se permitió la distracción, aun no,
no quería que nada le distrajese de su ensimismamiento en todo lo que había
vivido, su sonrisa cómplice con sus recuerdos le transportaba de nuevo a su
presencia, tal y como ella querría que fuera…
Por segundos la razón se iba
apoderando de su cerebro, y las luces de la calle, de los escaparates la
alejaban poco a poco de lo deseado por sus pensamientos, los ruidos de los
coches y el tráfico de esta ciudad a veces no son capaces, a pesar de lo
ensordecedor, de sacarla de su ensimismamiento.
Siguió caminando hacia su casa, tal y
como él conducía hacia la suya, retomarían de nuevo sus vidas como si nada
hubiera ocurrido, como si de repente el reloj volviera a ponerse en
funcionamiento… Sus hijos, los colegios, sus parejas, sus trabajos, sus
vecinos, familiares y amigos, todos tan distantes y ajenos…
Pensó en ese viaje, en sus horas sólo,
conduciendo, en todo aquello que cruzaría su mente, no pudo evitar una mueca
sonriente, estaba segura de que aquel parabrisas en algún segundo reflejaría su
cuerpo desnudo, y en sus ojos cerrados en algún momento él escucharía de nuevo
sus gemidos, estarían de nuevo juntos, hasta la próxima parada de sus relojes…
Carla
22/02/2015
Música:
Alberto Williams: "Poema de la Noche" (parte 2/2). Lía Cimaglia
Espinosa, piano
jueves, 29 de enero de 2015
Entre silencios
¿De qué me
sirve volverme loca?
¿Para qué
desesperar de ausencia?
Si a nadie le
importa…
Mejor intentar
pensar hacia adentro,
dejar que se pose lentamente en el suelo,
como esas microscópicas partículas de polvo que flotan en el aire,
concediéndonos el tiempo necesario y
así poder hacernos a la idea,
de caminar sobre ella sin quemarnos las plantas de los pies,
sin que ese calor nos escale por todo el cuerpo
y nos inunde la pena,
¿quién pudiera, amor, volver a ser poema?
tu y yo
Sigo
necesitando la poesía de tus manos,
escuchar la agitación de tu respiración,
el rozar de tu piel,
tu aliento vivo ardiendo deseo,
notar ese brillo en tus ojos…
Y yo…
Tenerte entre mis manos,
esas que encienden tu cuerpo,
que lo
extinguen en llamas voraces de horas,
y horas de
encuentro.
Devorar los
segundos con fuego,
quemarnos en
la pila funeraria
que nos
devuelve el sentido de la vida,
ese que
perdemos,
que hemos
perdido,
y cuyo reflejo
aun nos llama desde lejos,
traspasando la piel entre silencios.Carla Duque 30/01/2015
viernes, 9 de enero de 2015
#CharlieHebdo
Dedicado a
los periodistas y dibujantes
asesinados por la barbarie ciega
Rompieron sus corazones de grafito, consiguiendo unir en un grito miles de religiones, sin importar más dioses ni profetas. Ellos fueron eternos
Pequeño recuerdo de Carla
dia 10/01/2015
miércoles, 7 de enero de 2015
LLANTO CALLADO
Escucho los ecos de esta noche triste,
el silencio impío que acoge el callado llanto.
Llegar hasta ti, siempre fue fácil
y sin embargo el desconsuelo del vacío,
presiona mi pecho lleno de ti.
¿Cómo es posible tanta soledad si somos dos?
¿Qué nos obliga a alejarnos cuando estamos tocándonos?
En las yemas de mis dedos, tu olvido me grita
y lo siento tan dentro, que romperá
lo poco que queda de ti.
Es por eso que me he quedado en silencio,
por eso que callo, para que ni una brizna más
de lo que fuimos pueda volver a escapar.
Quiero cerrar con llave,
mantener conmigo tu aire,
y respirarlo hasta que me ahogue el alma.
Morir en un adagio,
envuélveme, llévame junto a sus sueños,
aunque ya no seamos uno...
Cerca, o dejaré de respirar,
para ser lágrima
Carla duque
08/01/2015
sábado, 27 de diciembre de 2014
Y se me van las palabras
La sencillez de encontrarnos,
superada por los nervios
de ese instante previo,
en que somos carne trémula,
temblor incontrolado,
imaginándonos…
Como somos,
tal y como somos,
contadores de lo que vemos y sentimos
lo que nos sugiere una imagen,
lo que nos muestra un olor,
aprovechar el encuentro con la naturaleza
para vaciarte,
e intercambiar vida con ella,
Si no puedo estar,
al menos que te ella te acaricie…
Quiero leerte a través de lo que ves,
saber quién eres,
por cómo lo sientes,
ese es el que me gusta…
¿Podrás?
sólo el intento, ya me vale.
Prometo leerte
y desnudar para ti cada poema,
para vernos,
encontrarnos…
Contigo es muy fácil,
si me dices que estarás ahí…
No me dejes sola con las letras
que me pierdo...
Gracias por estimularme al juego como a un niño.
Y no, no me comas,
dame solo un abrazo,
que lo necesito para dormir,
y soñar mis escritos…
Soñarte en cada uno de esos intentos
por transmitir algo más que sentimientos,
pero me vuelvo a encontrar repitiendo una y otra vez mis besos…
Los tuyos…
Tus caricias,
tus suspiros…
Y se me van los escritos
Se esfuman.
Y vuelve esa impotencia de lo vivido,
Los escritos se tornan repeticiones,
y sólo palabras tontas,
me parece cualquier cosa que pudiera llegar a escribir.
Ni con miles de palabras podría describir,
esa sonrisa en la que te me das,
tus manos acariciando mi pelo,
me vacías y luego ya no quiero escribir…
Incompleto este y mil versos,
Cada vez que la imaginación me inunda
de ti,
se quedan sin palabras mis poemas
y nunca hay final…
Carla
27/12/2014
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