miércoles, 17 de abril de 2024

La vida que le has quitado

 

 
hastío inexpugnable
entrañas de fiera depredadora,
alucinación extrema
heridas y aberturas de una piel devorada
por sus fauces de lobo indómito,
ojos sanguinolentos clamando sangre
ese punto rojo dentro de un iris ampliamente dilatado,
cabellos que se erizan,
temblores que no desfallecen,
ansía de carne,
posesión inmunda,
contra la pared del olvido,
solo apaciguada por el sexo brutal de horas sin fin,
colmillos que chorrean sangre,
 levitar en una cama de vicio a voraces bocados.
 
Dentelladas que arrancan carne a tiras,
jirones de deseo urgente,
arrancado,
fricción caliente de dos cuerpos en ebullición constante.
 
Solo es capaz de pensar en sexo
Eso es todo,
contenido,
olvidado,
echado de menos,
ansiado.
 
Si tan sólo pudiera lamer una vez más el pene erecto
mordería hasta arrancar el prepucio
Tanto es el odio que ha llegado a maldecir su propia vida
por ser tan idiota de compartirla con él.
 
Nunca más poseerás el cuerpo que brotaba fuentes incontables,
que se predisponía una y otra vez contra su pecho.
 
No volverá a cabalgarle cúal jinete del apocalipsis,
ni volverá a sentirse  Diana cazadora en aras de su presa.
 
Los finales no son eternos,
algún día, lo sé,
volverás a pedir que florezca mi pecho,
ese que han helado las nieves del invierno.
 
Queda llanto en un patio de paredes blancas,
donde por no haber no hay ni pájaros.
Dolor masticado,
atragantado,
vomitado,
reposado al fin.
 
Aunque aún de vez en cuando cantan Los Secretos:
¡Échame a mí la culpa!
 

 

 
Música: The Troggs - Wild thing



 

No hay comentarios:

Publicar un comentario