sábado, 24 de abril de 2021

Dices que no fue feliz



Qué imposible es creer
a quién en infundios basa
su forma de proceder
 
Y puede ser que no fuera
tras lisonja tan postrera
hacer del sexo frenesí
quién no confiando en sí
se echa en brazos de cualquiera
 
Aunque sin duda cayó
como gato panza arriba
enseñando la barriga
a vivir el poeta jugó
 
Y, sin embargo, lumbreras,
seguirá siendo feliz
pues nada que no supiera
hízole tan infeliz
 
Dice el sabio que por ver
no se hace al deseo más sentido
aunque sin duda no ver
lo hizo más entretenido
 
Dices que no fue feliz
y nada más engañoso
pues límpiate bien los ojos
y no vuelvas a mentir.

Ahorra las malas artes
o ve a buscar el rastrojo,
que grano que no hace pan
no ha menester el enojo.
 
Dices que no fue feliz
y se ríe entre los versos
aún recordando los besos
que le diste, y que te dio
 
Un consejo entre los sordos
dio una mujer una vez
confiando en el milagro
mueren los sapos con sed
 
Lo hiciste bien, no se queja
pero rápido aprendió
que cobarde es aquel
que tan sólo el cortejo valoró
 
Si por infeliz la tienes
sólo te pide un favor
sigue sin detenerte
que eso mismo ella obró
 
Y si por incapaz te tienes
y te falta la confianza
sólo desearte suerte
con la nueva pareja de danza
 
Ahórrale las vivencias,
no necesita escuchar,
pues de andanzas quijotescas
está muy harta ya.
 
No es amigo quién se va
amigo es quién se queda
quien siempre estuvo
y estará,
y a ti te encontró en la calle,
sobrabas hasta antes de empezar.
 
Punto final, que el olvido
es un arma de dos filos
sólo para quien no quiere olvidar.
 

 @carlaestasola

 

Música:

Whitney Houston – I have nothing


Imagen: Remedios Varo



sábado, 3 de abril de 2021

Mujer café o malditos guardianes

 


No te culpo mamá
por ser censora
por intentar castrarme
como a ti te hicieron antes

Discutimos tantas veces.
Tantas otras se impuso
el guardián a mis desmanes.
Alguna vez hasta deseé lo peor
¡Dios me perdone! -Si es que existe Dios-

No sé si debo o no dar las gracias a los censores,
aquellos que durante toda una vida me castraron,
porque precisamente gracias a ellos,
la palabra me ha hecho libre,
tarde, eso sí,
pero aún me queda vida
y donde hay aliento, habrá poesía

Cuantas veces me dijo, no hagas esto,
aquello no lo hagas,
y yo, lo hice

Pequeña era la ventana del cuarto de baño,
donde además de aprender a fumar a escondidas,
miraba a los chicos del barrio
dar patadas a un balón,
en pantalones cortos,
y me sentía mayor

Siempre tuve un guardián,
que cuidara de mi honor.
Un hermano pequeño
que obedecía al rigor
de la moralina de antaño.
Después algún compañero
de viajes extraviados,
que sin éxito quiso dominar mi descaro.

Luego un novio,
un marido,
un amante,
un ignorante que pasaba por la calle,
pero todos
siempre igual,

haciendo prevalecer su criterio,
sin más,
sin discusión posible.

Para todos fui siempre la loca,
esa que se negaba por norma,
para sobrevivir
en este mundo de hombres.

¡Qué vergüenza he sentido
siempre de los guardianes,
y qué asco!

Hay cafés que saben a engaño,
otros saben a mal grano,
grano barato.
Hasta que un día descubres el CAFÉ,
ese que se guarda estanco
para que nunca pierda el aroma
con que fue cultivado.
Y entonces lo esnifas,
antes de tomarlo.

Y así, como el café,
cada mujer,
madurando en solitario.
Poco sol en las laderas
temperatura, humedad y altitud,
euforia tropical,
y remansos de paz intercalados.

Solas, cada cual.

Hoy me dio por recordar,
lo hago inconsciente, no creas,
nada programado.
(“It just comes natural”, decía Simplón)
Surge así, sin más,
sin pensarlo.

Cada vez hago más cosas así, sólo que ahora ya no me arrepiento.




Música:
Leonard Cohen - Famous Blue Raincoat (Live in Dublin - edited)


Imagen:
Gyzis Nikolaos [1842-1901]






viernes, 12 de marzo de 2021

Música

 





Qué suerte haberte tenido
con esos dos brazos que me acunaban
renaciéndome cada día


Ni en mi mejor sueño,
podría haberte imaginado
con esa tierna rigidez,
temblando también tú
en mis brazos


Aún siento muy presente
tu deseo intenso,
tus palabras cálidas,
tus piernas entre las mías
entrelazadas


En la oscuridad más nítida
la embriaguez de dos cómplices
bilateralmente inducida.
Acompasada y trémula


Voraz y acelerada,
más siempre decidida
en un consenso invisible.


Músicos sin director de orquesta,
interpretando
la introducción a múltiples sinfonías
sin solistas resaltando
en un compás eterno


Que suerte haberte tenido
aunque hoy
por el que dirán,
tenga que hacer
que no te recuerdo


 
 
Música:
 
Dvořák: 9. Sinfonie (»Aus der Neuen Welt«) ∙ hr-Sinfonieorchester 





domingo, 20 de diciembre de 2020

Ladrona

 



Ladrona

 
Lo he hecho si,
desperdiciar una vida,
me declaro culpable.
 
De haberlo sabido,
de haber nacido en la muerte
y como Benjamín Button vivir hacia atrás.
Habría sido una flagrante ladrona.
 
Habría robado los momentos de risas,
de felicidad, de placer y regocijo.
De ilusión,
de ojos brillantes colmados de lágrimas de alegría.
De sensaciones intensamente placenteras,
de ojos de cerrados intentando guardar el momento.
 
Seguro que ahora, tendría de dónde alimentar
tantas horas perdidas,
aislada, confinada, sola.
 
Ese catálogo ha sido para mí la no poesía,
esa que siempre intento
aunque siempre me gana
la prosa irregular e irreverente
de una ansiedad anciana.
 
Siempre me habría gustado ser la poeta
del Antonio Machado,
maestro de lo natural y la reflexión,
cuyos versos surgían como el agua de su Duero,
amado por él.
Suaves, pero con profundos,
calmos e inteligentes
cultos y aparentemente simples.
 
Ojalá poder emular al Maestro,
más fue único.
 
Esta aprendiz insulsa
tan sólo alcanza una vista corta,
poco más allá de su nariz
y no fluye sino expulsa,
no levita, sino cae en picado,
estrellándose una y otra vez
contra las letras.
 
Ojalá haber sido ladrona,
haber guardado en la alacena
las mejores confituras
para ahora simplemente
deleitarlas,
comedidamente,
a pequeñas cucharadas
para henchir este alma amarga.

 

 

@carlaestasola

Música: Schubert - Sonata para piano D.960 - Richter studio







domingo, 22 de noviembre de 2020

Admiración

 






Yo nunca lo haré porque soy cobarde

pero me gustaría decirte alguna vez, para que así lo supieras

lo hermoso que escribes,

llenando todos mis huecos,

haces que me precipite hacia el lápiz

Rauda…

 

Perdida como un rosal de invierno

sabiendo que no, no es amor,

no te confundas,

es respeto con un poco de rabia,

envidia insana por no haberlo escrito yo.

De no haber vivido un tiempo

para dedicarnos,  respondernos de algún modo.

 

Y no, no soy yo quien escribe ahora tampoco,

es mi admiración inmensa

el regalo que inaudito nace

voz de soledad inquieta.

La respuesta es inspiración, sin más

provocada, incontenida.

 

En el fondo sé, sabemos

que seremos inspiración eterna,

tu dirás que mutua, y no,

es sólo tuya.

 

Siempre me llegan con retraso tus palabras

ya no estoy en esa ventana tan a menudo como antes.

 

Si supieras cómo alimentas mis letras,

que sueñan con no llegarte

para que no te envanezcas.

 

Fuente de poema en prosa

donde imagino un bosque de hojas de otoño,

refugio cálido y húmedo de dos siluetas

que se fusionan al final de cada verso.

 

No me llames que no iré,

no me mires, que tímida me esconderé de tu mirada.

No me escribas, aunque intuyo que lo harás…

 

Siempre desde lejos,

siempre presentemente ausente.

 

Te leo y mis cansados ojos

de nuevo enfermos

brotan en cascada tras la lluvia

limpiando aún más mi mirada

que siempre será fiel

a tu verbo.

 

Cuantas veces he pensado

tirarme por esa escalera

y no en plan suicida,

sino para agarrar las riendas

de vida, desbocada en las letras.

 

Y decirte, como mi querida Alejandra Pizarnik

“No quisiste reconocerme cuando te dije que lo que hay en mí, eras tú”



Música: 

Schubert, Symphonie Nr 8 h Moll 'Unvollendete' 






 


martes, 29 de septiembre de 2020

Bares

 



Cerrando los bares

encadenando horas

charlas y cañas


Ahora que la muerte nos acecha

en cada UCI de Madrid

hospitales atestados


Se nos ocurre suicidarnos

a copas

cerrando los bares




@carlaestasola






lunes, 14 de septiembre de 2020

Acto final

 


Acto final

 

 


Llega a una casa, que ya no es suya.

Se descalza unas deportivas ensangrentadas

Lava sus manos concentrada.

Con jabón. Restregando,

mínimo veinte segundos, mejor treinta.

Enjabona de nuevo,

Repite el ritual a conciencia.

Las seca.


Se sienta en un sofá irreconocible.

Sale de su piel como si se desvistiera de la ropa que no lleva.

Y como una serpiente, la abandona ahí tirada.

La humedad de la piel que no tiene

está surcada por lágrimas.

 

No está, pero está más presente

que cuando aún estaba.

Su castigo es el más infame,

de una crueldad sin límites.

 

Grita callada,

con esa voz que nadie escucha

pide auxilio.

Nadie, nada, sin respuesta.

 

La humillación de lo que no siente,

la ausencia de una caricia,

de una palabra de aliento.

 

No hay peor martirio

que los besos no dados.

 

Su cuerpo es inerte

lo ha conseguido la costumbre

de no ser tocado.

 

Los ojos de los mártires,

te miran siempre fijamente

vayas donde vayas.

 

No hay tortura en vano,

maldice mil veces:

la ignorancia,

la dejadez,

la desidia,

la falta de ganas,

la carencia de empatía,

el desamor.

 

No hay mayor castigo

que la ausencia de sentimiento alguno.

 

Descansa en paz.

Apenas doce meses y ya te ha olvidado

quién nunca te ha querido

 

Se cierra el telón,

No lo soportó,

llevaba demasiado tiempo muerta.


@carlaestasola


Música: