domingo, 1 de octubre de 2023

Desde el dolor

 


Mi querido amigo Antonio siempre me cuestiona que escribo más desde la pena que desde la alegría, que mis poemas (así les llama, yo no me atrevería a tanto) son siempre sobre sentimientos tristes y que le afectan anímicamente. Siempre está pidiéndome que haga un esfuerzo y me dedique a escribir sobre cosas bonitas, sobre amor pero en positivo…

Y yo nunca puedo hacerle caso, me he preguntado miles de veces la razón de este hecho, a base de disertaciones interiores, preguntas sin respuesta casi siempre.

Hasta que de repente un día tu vida se queda varada en ese minuto de un reloj infinito que nunca más volverá a funcionar. Ese minuto recorre tu cabeza miles y miles de veces, y quedas atrapada en un bucle (sí, mis famosos bucles) sin salida, ni retorno.

Hay acontecimientos que te rompen para siempre, ya nunca volverás a ser la misma. Personalmente cuento en mi haber con unos cuantos, como todos los que me estáis leyendo, no tengo la menor duda. La muerte de una madre, la muerte de un padre, el momento en que te sientes amada por primera vez, el nacimiento de los hijos, el final de un amor, la separación de alguien que significó mucho en tu vida, la pérdida de un amigo… Demasiados, para lo que un pequeño órgano de apenas el tamaño de un puño, puede soportar.

Dicen que el corazón de un ser humano pesa tan sólo un 0,45% del peso en el caso de los hombres y en el de las mujeres un 0,40%, que en gramos oscila entre los 250 a 350 en los hombres y tan sólo de 200 a 300 en el caso de las mujeres. El promedio del tamaño de un corazón de adulto es de 12 cm de largo, 9 cm de ancho y 6 cm de espesor. Late más de 3.000 millones de veces a lo largo de la vida, la media es de 80 veces por minuto. Sin duda es el órgano más fuerte de nuestro cuerpo y sin embargo se puede parar en cualquier momento. Pero metafóricamente hablando se puede romper varias veces a lo largo de una vida.

Cuando los que escribimos lo hacemos mayormente desde los corazones rotos, querido Antonio, no es algo que hagamos adrede, es que hablamos de lo que nunca se habla, de lo prohibido, de los sentimientos más íntimos, aquello que de no llevar una rima o un ritmo nos sería insoportable de leer. Hay muchos tipos de escritura, pero lamentablemente querido amigo, desde el alma sin pasar por el cerebro sólo surge la poesía.

Es por eso por lo que cuando estamos tristes, necesitamos contar lo que otros nunca cuentan, porque de otro modo no podríamos ser poetas. Los sentimientos salen por cada poro de nuestra piel y se reflejan en los versos, que van construyendo un castillo, en cuya torre encantada, y bajo siete llaves los demás guardan este órgano tan preciado, pero nosotros, amigo, lo colgamos en la puerta de entrada. Queda expuesto, desnudo a quien sepa o quiera leernos. De las alegrías querido, no necesitamos hablar apenas, porque se reflejan en nuestras sonrisas, aunque sean calladas, aunque no podamos contarlas a veces, nos iluminan la mirada.

Las penas, las escondemos como un secreto inconfesable, nadie quiere mostrarlas. En la sociedad que hemos creado sólo cabe la alegría, lo positivo, lo que aporta, dicen algunos. Y yo sigo sin estar de acuerdo, no hay nada más lejos de la realidad. Porque lo que realmente nos aporta es todo lo negativo que nos ocurre, porque precisamente esto es lo que nos va enseñando y curtiendo para una vida en la que las penas van a llegar sí o sí, y pobre del que no esté preparado. El ser humano es un resultado de malas y buenas experiencias, con mejores o peores personas, con alegrías y penas, con sonrisas y lágrimas.

Lo que mostramos todos, la alegría, porque lo que se puede leer en una mirada no tiene nada que contar para los que escribimos. Lo que realmente nos mueve es siempre la tristeza, ese yo interior que lucha por salir de esa jaula hueca que es nuestro corazón. Puedes mirar el Guernica de Picasso para entenderme mejor. Cuando miras esos brazos que se elevan al cielo, esos gritos callados de sus bocas abiertas, sólo puedes sentir el sobrecogimiento de los protagonistas.

Decía Alejandro González Iñárritu que cuando una persona muere, en esa exhalación de su ultimo suspiro, la pérdida de peso que supuestamente provoca la partida del alma del cuerpo es de 21 gramos. Pero yo que soy mucho menos romántica que él, y ya lo siento, pienso que esa pérdida de 21 gramos es tan sólo la sangre que circulaba por nuestro corazón, precisamente en ese instante de sístole o diástole.

En algún lugar del código deontológico de los poetas ha quedado escrito con esos pocos gramos de sangre invisible, que sólo nos está permitido escribir sobre lo que de verdad sentimos, y que el dolor, nos guste o no, nos provoca muchas más letras que cualquier otro sentimiento. Así que me vais a ir perdonando, pero yo, como mis antecesores, sólo escribo desde el sentimiento.

Duele, luego escribo… No duele, luego vivo.

 

 @carlaestasola

 

Imagen: ayvisa.es

Música:  Beat Hit - Música hecha con el corazón (fundación Cardioinfantil La Cardio)




sábado, 9 de septiembre de 2023

Poemas enjaulados para Librería El Jardín Secreto


 


Poema para adultos


Cómo se atreve esta jaula
a encerrar los poemas?
Nunca habrá en el mundo llave
con la que el pensamiento
pueda apresarse.
Podréis ponerle candados,
podréis sellar esa puerta
más no podréis evitar
que me escape entre sus rejas.
Y no es que sea pequeña,
es que soy aire…
Y no es que sea invisible
es que soy etérea.
No hay pluma más ligera
que la del ala de un poema.
Si un alma pesa 21 gramos
y se muere en un segundo
el poema es el suspiro exhalado
y no tiene, peso específico.
 
 
 

Poema para niños


Han enjaulado un poema
quién lo desenjaulará,
el desenjaulador que lo desenjaule
buen desanjaulador será,
pero si este es un futuro poeta
además magia hará
convirtiendo en versos la jaula
y sus rejas en palabras…
Te atreverás algún día
a jugar con las letras?
Si es así serás el valiente
que a nada nunca, temerá.


La Mala Rosa 

@caelaestasola


Música: Rossini / Overtura Guillermo Tell




domingo, 3 de septiembre de 2023

Viviendo en un tablero de ajedrez




No volveremos a ser uno,
ni a caminar los senderos del olvido.
Nuestras manos cansadas, nuestros ojos reflejados en los del otro.
Las caricias buscando fuego,
en cualquier parte de esta casa nuestra.


Y nadie te hará el amor como yo, porque no hay piel como mi piel,
ni calor, ni frío como el mío.
Tuyo fue el fruto de mi vientre, y no sólo dos veces, las que hubieras querido...


Tus manos se enfriaron con los años, follar era sólo un instrumento
de vanidad usado sin querer
o sólo para mantener el ego en su sitio.


Cuando no hay brillo en la mirada
se recurre al poder,
aunque ya no se pueda
Más por mucho que lo intentes
siempre yerras.
Nunca haces lo correcto,
te equivocas siempre y te mandan callar.


Cuando no defiendes la carne
que es tuya, deja de pertenecerte
se revuelve contra tí
y se cansa de buscar su sitio.
Donde no se respeta
nada se puede esperar.


Y no te hace más fuerte,
te mata
el no decir la verdad.
El mentir constantemente,
ocultar te va alejando,
hasta convertir el cariño en costumbre,
el amor en odio, y el odio en nada.


No hay vuelta atrás cuando
has disparado balas de indiferencia
maltratado a quien te ama
y perdido tu tiempo
con los que se inventan
una relación inexistente


Pierdes la noción de la realidad,
conviertes en prioridad lo aleatorio,
dejando atrás tu vida real.


Más no ven los ojos sanos,
ve el alma más con ojos ciegos.
Alicia se ha perdido en el espejo
persiguiendo al reloj del conejo.
Mientras la reina de corazones
exige mi cabeza como trofeo.


En un ajedrez gigante nos jugaremos
el tiempo,
el caballo saltará en ele buscando a su caballero,
el rey busca un jaque mate
enrocándose en lugar equivocado,
demasiado tarde majestad ha perdido a la reina de tanto esperar,
se ha marchado sin siquiera mirar hacia atrás.


Ya no le importan los sueños, ni los demás.
Sólo mira hacia adelante buscando olvidar lo más rápido posible
a quien no la quiere ya.


                    @carlaestasola

                    Música : Los Secretos / No digas que no 












lunes, 21 de agosto de 2023

Sin Sala de Espera





Se te han muerto las manos
de no usarlas,
por no abrazarme,
de no engancharte a mi cintura.
 
Nunca sabrá que sus brazos
eran oxígeno y viento
para mis alas.
Parada de un autobús
de línea circular
que no para…
 
Entre sus dedos,
era arena de playa,
creando esculturas
sobre el agua.
 
Entre sus raíces
y alimentando su savia
fuimos verdes,
naranjas,
rojos,
amarillos,
malvas,
para acabar en el cobre
sin brillo de los años,
justo antes de perecer
en el alcorque del olvido,
donde caí desplomada,
consciente del llanto de una niña,
que inconsolable lloraba
en la mesa de al lado…
 
El viento sigue meciendo
las hojas de los castaños,
que desde esta cafetería
del hospital,
me han permitido contemplarlos.
 
Mientras tú,
en un quirófano,
perdido sin del cordón umbilical
a tu móvil,
tu eterno compañero,
que ahora te espera en mi bolso.
Duermes…
 
Pasan horas, muchas horas,
vuelvo a esta cafetería de nuevo.
Sólo deseo que salgas pronto,
y que volvamos a casa,
donde nos esperan
dos niñas mujeres
y un gato.
 
Deseo,
que te recuperes rápido
y aunque ya no me abraces,
puedas al menos seguir
con tu vida, como antes,
como siempre,
como nunca…
 
Yo seguiré esperando.
Tomaré un café muy caro,
un té,
otro café,
mientras tanto…
 
Le pondré nombre a los gatos
que habitan en el jardín,
tras el aparcamiento.
Uno a uno…
 
Mientras tú duermes,
he aprovechado un rato más,
para componer esta nana.
 
1, 2, 3 horas, cuatro,
cinco, seis, siete vidas
cada gato.
Ocho, nueve, diez
por fin me han llamado.
Once y doce,
a casa nos vamos!
 
 
@carlaestasola

Música:  Beethoven - Moonlight Sonata | Piano & Orchestra

 
 
Escrito en FJD- 26/09/2022

 



 


martes, 20 de diciembre de 2022

Poeta músico


 
He leído tus versos,
escuchado tu música,
sí, hasta ha llegado a gustarme
tu voz de rata,
y te aprecio, no creas…
 
Escucho #Mayéutica
pero nunca cuando camino
por nuestra Dehesa,
que, si algo tenemos en común,
además de disfrutar de Extremadura,
es vomitar poemas.
 
Los míos son necios,
de principianta.
Lo sé,
no hace falta que me lo digas.
 
No soy la manzana tierna
por la que alguien perdería
el sentido.
 
Soy carne vieja,
arrugada y flácida
aunque también fui tersa un día.
 
Mi cuerpo no cuenta
la masa corporal ideal para un sueño,
ni el color nítido,
ni la humedad relativa,
nada es ya apenas, indicador de vida.
 
Todo lo he perdido menos la palabra,
que se me dispara cuando leo tu machismo.
Que se me inflama cuando te escucho,
que se enerva con tu necia y persistente adolescencia.
 
Tampoco eres joven, jódete,
si hasta los cuatro pelos que te quedan
se enmarañan estratégicamente para aparentar que son
más de los que son.
 
También estás arrugado,
y tus manos torpes se enredan
entre las cuerdas.
 
Sigues persiguiendo quimeras,
que sólo estarán
por lo que fuiste y no por lo que eres.
 
No te buscan a ti,
sino estar en tus letras.
 
La vanidad es siempre joven.
 
Más desde este culazo,
que nunca mirarás,
ni puñetera falta que le hace.
Aún me queda esa chispa de desvergüenza,
que enarbola una bandera
la de los que estamos fuera del sistema,
cada uno a su manera.
 
Aunque estemos decrépitos,
sigamos bailando.
 
Te guste o no, estamos
los que estamos.
Y no puedes elegirnos,
porque somos nosotros
quiénes te elegimos,
hace muchos años.
 
Desde mi culazo
alejándose orgulloso y altivo
en este declaramiento
te digo:
 
también ha pecado, ha vivido
y ha matado también el tiempo.



Música: Robe Iniesta – Suspiro acompasado

Imagen: Internet, desconozco


viernes, 14 de octubre de 2022

Exlibris







El sol está en sus manos
que incendian,
cuando los versos de sus ojos
escriben una oda interminable
a la alegría de vivir
 
Luego vino la muerte,
el olvido latente,
con su estruendo espeluznante.
 
En su procesión penitente
halló un cuerpo presente,
mas nada había en su interior
que hubiera sobrevivido.
 
El corazón inerte,
las células muertas,
con una única capacidad
la de autodestruirse.
 
La sangre coagulada y negra
por la falta de oxígeno.
 
Nada sobrevivió al paso del desastre.
 
Su alma quedó entre las páginas
de sus libros,
presa de por muerte.
 

 

 

Música:  Rachmaninoff: Piano Concerto no.2 op.18 - Anna Fedorova - Complete Live Concert 

Imagen:  GUSTAV KLIMT - 'Muerte y vida'