martes, 19 de mayo de 2020
A Manuel o malditas redes
domingo, 3 de mayo de 2020
Elegía para A.C. (1968-2014) - Diálogos con mis difuntos
Sus enormes ojeras,
profundas como un abismo
no dejaban ver sus ojos
eran trincheras
para esconderse del mundo y el alborotomos
dos o tres veces
lo cierto es que me asustaba
y sin embargo un imán
me arrastraba a su vacío
Gritaba desesperanza,
exigía piel para desgarrarla
condición sine qua non
el permiso a su ventana
Varias veces lo dejé por imposible
hasta terminar por olvidarme
traté sin embargo siempre
de insuflar un gramo de ternura
en su desasosiego inhumano
Sus imágenes siguen ahí,
nadie las ha borrado,
bajo esas trincheras
aparentemente inertes
se disparaba su visión
Había color, escenas cotidianas
calles de una sevilla
en escenarios
que nadie nunca ha captado
Hoy lo entendí todo de golpe
como una enorme bofetada.
Alguien allá por dos mil catorce
se ocupó de publicar
un reconocimiento en forma de esquela
y yo que lo había desterrado
me enteré hoy de su muerte
que al parecer ocurrió poco después
de las fechas en que hablamos.
Sin tener conciencia
tuve la muerte a mi lado.
Había hablado con un cadáver en ciernes,
en sus últimos días de vida.
Hoy sé que él lo sabía
era imposible disfrazarlo
la amargura salvaje de su escarnio
era el resultado.
Quedan sus fotografías,
ese artículo en algún lado
y un pesar que arranca
lágrimas por no haberlo adivinado.
Lo que si me trasladó
fue su terror inhumano
ese querer desgarrar
la ternura de un abrazo
el dolor de alguien
que sabía de su fin.
Déjame darte un adiós,
déjame soltar el llanto
en esta suerte de Petenera,
que no mereciste
y que yo te regalo.
Él pensó que aislarse,
quedándose a solas con su dolor,
le alejaba de la vida,
no contó con otras formas
de acercamiento.
Nunca sonrió,
solo ladraba su rabia
evitando hasta la palabra.
Ahora respeto tu adiós,
tu paciencia con ese
hilo de vida esperanza
que te negaste.
¿Quién supiera escribir una Petenera ?, lo intento ...
Dispara fotos que destilan colores de su Sevilla
reflejos de los volantes al volver de cada esquina
El morao de sus ojeras es una madrugá esquiva
un tañido de guitarras por Soleá y Seguiriya
Le lloran las paredes de un patio con membrillos
mientras las moscas se alejan revoloteando consentidas
atraídas al olor del azahar en el Parque de María Luisa
pena que rompe un lamento en pleno enero de frío
De hiel su mirada, petenera y quejío
tatuados en su carne dolor y delirio
la cara erguida y su mirada al frente
con el orgullo de un toro en embestida.
Fue fuerte hasta el último aliento solitario y tibio
nunca dejó de mirar a través de su objetivo
minero con guadaña y fuego hiriendo hasta el fondo,
como sonido del bordón al final de un cante jondo
domingo, 5 de abril de 2020
Lejía
Cuando las miradas rehuyen el amparo de la luz
y la oscuridad es refugio del desconsuelo,
da vueltas en el corro de la gallina ciega
anhelando el tatuaje que dibujaban los botones de su camisa
en el hueco de su descorazonado pecho
vacío de abrazos nunca dados
Las horas son perlas que ahogan su garganta
el reloj abandonado en una caja del armario
nunca dió más la sensación de ir muriendo
minuto a minuto, segundo a segundo.
El crono lo marcan sus latidos
desacelerados hasta el infinito
suficientes a duras penas,
para expirar el aliento necesario.
Después de veinte días se ha pesado
increíble mantener el peso,
incluso ha adelgazado,
el ejercicio sustituto a sus caminatas
sorprendentemente está funcionando.
Sus brazos cansados abrazan la fregona,
limpia incansable para mantener todo intacto.
Que no se cuele ni un átomo
de ese miserable asesino
y pueda infectar a los suyos.
Expuestos en trabajos "esenciales"
en este "Maldito baile de muertos!"
Banderas a media asta
contemplan el paso de nadie.
Nadie se une a este homenaje de las ciudades,
nadie físicamente. Todos de corazón,
bueno todos no, que algunos aún
creen que esto es una fiesta particular
que les hemos facilitado
con nuestro confinamiento voluntario.
La sonrisa se hace hoy vital,
es la fórmula para continuar luchando
y tenemos sólo unos minutos para contagiarnos
a las ocho, como cada día, hemos quedado.
En este madrid antiurbano,
donde nadie se conoce aún viviendo
en la puerta de al lado,
hemos puesto caras, y poco a poco nombres
a los balcones que miramos.
Nos saludamos todos,
y hasta hablamos,
de balcón a balcón
se han creado amistades que
nos insuflan ánimo.
Dicen que nos queda mucho por seguir confinados,
hoy ya hasta nos da igual,
guerreros solitarios,
en balcones separados,
que se miran a los ojos,
que sonríen en su llanto.
Ánimo mis vecinos!,
valientes obedientes,
os veo muy guapos,
no me faltéis que paso lista,
como cada día uniremos nuestras manos.
Va por ellos, por nosotros,
por todos los que luchamos.
Por el que no podré volver a ver,
jamás.
@carlaestasola
El día después del fallecimiento de Luis Eduardo Aute, ese gran poeta contemporáneo al que algún día me habría gustado parecerme, salvando las distancias, el en grande, yo en cobarde.
miércoles, 1 de abril de 2020
TRAGALUZ (NO AUTORIZADA)
"Una mentira puede correr alrededor del mundo seis veces,
domingo, 29 de marzo de 2020
Sexta Planta

Poema publicado en El Poder de Las Letras sobre recuerdos de mi operación de desprendimiento de retina, meses más tarde, ya viendo la luz.
Música: Dvořák Cello Concerto – London Symphony Orchestra cond. Daniel Barenboim by Jacqueline Du Pré
sábado, 25 de enero de 2020
Un cumpleaños, una matanza, y dos sevillanos
Una de las cosas que la Derechona española echa en cara al actual gobierno, es que lo han conseguido gracias a los votos de los terroristas. Es increible que ellos se atrevan a pronunciar siquiera la palabra "terrorista". Seguramente son demasiado jóvenes y no vivieron los asesinatos silenciosos de la derecha en los años sesenta, setenta y ochenta, o quizás no son lo suficientemente aficionados a la lectura y no han leído nada ni sobre ese, ni sobre ningún otro tema, me temo.
Ayer día de mi cumpleaños, se cumplía también el 43 aniversario de una matanza en la calle Atocha, donde cinco abogados laboralistas que defendían a los trabajadores fueron vilmente asesinados en su despacho.
Viví ese duelo muy de cerca, pues un amigo mío y su hermano, sevillanos ellos, Juan y Fernando Lobato se salvaron de esa masacre por estar cenando conmigo, celebrando mi cumpleaños. El día de autos deberían haber pasado por el despacho ambos, pero como terminamos de cenar tarde, finalmente no pasaron. La mañana del día 25 recibí la llamada de Juan: "me has salvado la vida", me dijo sin parar de llorar por sus compañeros.
Ahora no me habléis de terroristas, los hijos de los asesinos de entonces. ¡Vosotros no tenéis derecho a hablar de asesinatos!
Desde entonces cada día de mi cumpleaños, recuerdo a aquellos cinco abogados, porque hoy es presente, estoy viva, soy de izquierdas y estoy muy orgullosa de ello.
Pero jamás olvidaré el pasado, que en este Madrid no se podía pasear por la noche sin la vigilancia clandestina y cobarde de los "Guerrilleros de Cristo Rey", y del terror que viví varias veces cuando apaleaban a la gente los domingos en el Rastro, niños y mujeres terminaban pisoteados, puestos por el suelo y gritos de terror... Tantas cosas que no puedo perdonar, ni olvidar.
De eso se trata ser mayor de contar lo que has vivido, para que nunca más vuelva a repetirse.
Me felicito, y felicito a todos los que han sabido perdonar.
Texto Publicado 25 Enero 2020